Luego de meses agitados por la recesión económica, la caída de las ventas por el bajo consumo, como muchos sectores, los almaceneros recién están viendo una luz al final del túnel. Es que, después de la hiperinflación de diciembre, los meses de enero y febrero con sendas subas que derrumbaron las ventas, la inflación comenzó a bajar y eso se está repercutiendo en el sector.
“Todo esto hizo que reflexionarán, no con el corazón sino con el bolsillo, las distintas empresas y mayoristas y que empezamos a ver muchos precios que empiezan a bajar”, aseguró Fernando Savore, Presidente de la Federación de Almaceneros de Argentina a la FM 89.3.
El almacenero ejemplificó que el kilo de azúcar de primera marca de costo pagaban 1400 pesos en diciembre, hoy lo pagan en 900, “y así hay mucha mercadería que la tendencia de la baja es importante, evidentemente porque han aumentado demasiado, porque pensaban que el dólar hoy iba a estar en en 1600, 1800 pesos, y bueno hoy está $1000 y la mercadería tiene que bajar”.
Los comercios mayoristas y empresas, y por ende los almaceneros, que se nutren de mercadería de esos proveedores, sintieron “la negación” de muchos consumidores a la hora de comprar. El contexto económico no ayudó al bolsillo y eso se tradujo en la caída del consumo; otros en tanto decidieron no pagar un disparate por un artículo que no debería tener ese precio.
En este mes de mayo, asegura Savore, “en lo que es comestible estamos viendo una deflación, tal vez no se da tanto en lo que es producto de limpieza e higiene personal, porque son tres monopolios los dueños de todo, y evidentemente todavía no tienen interés en bajar”.
Igualmente, aclaró que “lo que es comestible también hay cosas que están muy caras. Todos los frigoríficos han subido mucho su mercadería (…) Los lácteos desde diciembre que no paran de subir”. Al respecto, dijo que el consumidor debe “castigar” a quien cobra caro, sea un almacén o un supermercado. “En definitiva el consumidor es el que regula el precio”, confió.
Al hablar de las ventas, Savore explicó que “no hay tanta caída de venta”, principalmente en marzo y abril. Lo que sí cambió es la actitud del consumidor: en vez de ir a comprar a un hipermercado y gastar una fortuna para llenar el carrito, muchas familias “se manejan con el día a día”, gastando menos y en los comercios de proximidad, compran-do segundas o terceras marcas.
Importaciones de alimentos
Por otra parte, Savore aportó su opinión respecto de la apertura de importaciones de alimentos de la canasta básica. Si bien es un tema todavía “en pañales” y que podría beneficiar a los consumidores, el referente almacenero plantea un escenario de incertidumbre actual, ante la falta de precisiones.
Savore explicó que se reunió con el Subsecretario de Defensa del Consumidor, Fernando Blanco Muiño y con referentes de la Cámara de Importadores de Argentina (CIRA), a quienes planteó “que se evalúe la mercadería que se va a traer” y quiénes van a realizar las importaciones, porque “si son los mismos empresarios evidentemente les va a convenir importar y echar al diablo a sus empleados, es como poner al lobo cuidar las ovejas, entonces es bastante complejo”, resumió.
Al explayarse, dijo que “en el país hay muchas pymes que también fraccionan azúcar, que les cuesta tanto poder llegar a Buenos Aires pero ¿por qué? Porque el maldito monopolio es el que le pone los cercos. Entonces si esas pymes que fraccionan la yerba en vuestra provincia llegaran a Buenos Aires no necesitaríamos que venga ningún importado”, confió.
También manifestó que se debe tener en cuenta que “el traer importado es como cortar con un bisturí muy fino” y se debe evaluar qué productos conviene importar. Ejemplificó que “los productos de limpieza y de higiene personal, que tres monopolios venden caro, ahí se podría evaluar, ya nos pasó con el tema del repelente que una sola empresa ‘JJ’ es la dueña del repelente y pasamos un verano tratando de esquivar el mosquito del dengue y no había repelente para protegernos”.
“Yo creo que hay productos que hay que traer para que reflexionen empresas que saben que están ganando demasiado dinero. Si igual tenemos comprar el producto, sea un champú, un jabón. Bueno, por qué no viene importado y que sientan el rigor de que la gente va a elegir un producto importado y no lo que está acostumbrado a consumir”, apuntó.
Sobre los productos importados en góndolas, mencionó que hay yerba mate de Paraguay y de Brasil, con precios “no tan atractivos”. Y una importante empresa láctea de Uruguay en un hipermercado, “pero después la verdad que no hemos visto”, contó Savore.