Posadas, la capital de Misiones, no solo enamora con su belleza natural e historia vibrante, sino que también guarda misterios y leyendas que la convierten en un lugar fascinante para los amantes de lo paranormal.
A lo largo de los años, diversos lugares han sido testigos de fenómenos inexplicables que desafían toda explicación racional. Desde escuelas hasta antiguas usinas, estos sitios embrujados son parte del folclore local, alimentando las leyendas y las experiencias paranormales de quienes se aventuran a explorarlos.
9 lugares embrujados en Posadas
El reconocido influencer Estandap3r (Octavio Rodz) realizó un listado de los 9 lugares más embrujados de Posadas. El ranking quedó formado de la siguiente manera
1. Escuela Normal Mixta (Belgrano):
Testimonios de alumnos y docentes han relatado avistamientos de una misteriosa mujer de largo cabello, así como la sensación de ser tocados por manos invisibles y el movimiento de muebles sin explicación alguna.
2. Centro Cultural Vicente Cidade (Belgrano y General Paz):
El Centro Cultural Vicente Cidade, en la intersección de las calles Belgrano y General Paz, es otro punto donde lo inexplicable se hace presente. Músicos y actores que han pasado por sus escenarios hablan de la presencia de una mujer cuyos pasos y voces se dejan sentir, incluso momentos antes de una actuación. El piano de la planta alta, dicen, a veces se toca por sí solo.
3. Ministerio de Turismo (Colón y La Rioja):
El Ministerio de Turismo, situado en la calle Colón casi esquina La Rioja, es otro foco de actividad paranormal. Elevadores que se mueven sin intervención humana, mesas y sillas que parecen cobrar vida propia, y la sensación constante de ser observado son solo algunas de las experiencias reportadas por quienes han trabajado o visitado el lugar.
4. Oficinas del IPS (Bolívar):
Las oficinas de IPS en la calle Bolívar han sido testigo de avistamientos de figuras fantasmales, ruidos inexplicables en pasillos desiertos y la sensación de no estar solos. Tan arraigada está la creencia en lo paranormal en este lugar que incluso el personal de seguridad evita subir a los pisos superiores.
5. Ex Usina del Hotel Savoy (Actualmente un local comercial):
El antiguo Hotel Savoy, ahora reconvertido en un local donde nada parece funcionar por mucho tiempo, es el hogar de Benito, un supuesto espíritu bromista que se divierte prendiendo y apagando luces, moviendo objetos y haciendo de las suyas ante la mirada desconcertada de quienes trabajan allí.
6. El fantasma del mozo (Restaurante):
La leyenda del fantasma del mozo, que se dice ronda un restaurante donde un ex empleado se quitó la vida, es otro relato que alimenta las historias de terror en Posadas. Se dice que este espíritu solo atormenta a quienes laboran en el lugar, especialmente en la cocina, donde se siente su presencia y se perciben sus susurros.
7. La casa blanca (Santiago del Estero entre Jujuy y San Luis):
La casa blanca, en la intersección de las calles Santiago del Estero, Jujuy y San Luis, es otro punto de interés para los amantes del misterio. Vecinos aseguran que nadie puede habitarla debido a la presencia de figuras en las ventanas, puertas que se abren y cierran solas, y extraños rasguños en las paredes.
8. Foro Penal del Poder Judicial (Santa Fe 1630):
En el antiguo edificio del ex Banco Provincial, hoy sede del Foro Penal del Poder Judicial en Santa Fe 1630, se cuentan historias de presencias extrañas y fenómenos inexplicables. Se dice que el lugar está marcado por el suicidio de un desafortunado empleado, y desde entonces se han reportado avistamientos del famoso “hombre de traje verde”, así como sonidos de disparos y carreras por sus pasillos.
9. Rivadavia y Sarmiento:
Por último, el cruce de Rivadavia y Sarmiento es conocido como un lugar temido por los universitarios, donde un teléfono fijo suena a cualquier hora, sin que nadie parezca estar al otro lado de la línea.
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La chica muerta que va a bailar en Posadas
Algunos dicen que ocurrió en los 40. Otros en los 50. Todos coinciden en que pasó de noche, más precisamente de madrugada, en Posadas, pero el resto de la historia cambia según quién la relate.
La versión más conocida dice que un gendarme fue a bailar en lo que era el boliche de moda en Posadas: el Parque Japonés con sus cuatro pistas y su cercanía al río Paraná. Estando ahí, conoció a una joven con la que bailó y sintió una conexión especial al instante.

En un momento, la chica señaló que tenía que irse a su casa y el gendarme se ofreció a acompañarla. Volvieron caminando, hablando. La charla fue atípica para dos personas que recién se conocen. Ella le contó de sus sueños y miedos. También le confesó que su mayor temor era jamás ser amada.
Él cada vez se sentía más atraído por esa mujer. En un momento se rozaron las manos y se dio cuenta que ella las tenía congeladas. “Toma, abrigate”, le dijo el gendarme con un gesto de ternura y le alcanzó su campera. Ella se lo puso, sonrió y prosiguieron su camino.
Fue así que llegaron a la casa. Él ya estaba totalmente hipnotizado y enamorado. Cuando iban a despedirse, ella lo miró, le dijo: “Gracias por esta noche”, le dio un besó y luego entró al hogar sin mediar más palabras.
Aturdido por la situación, el gendarme volvió a su departamento. Cuando logró superar el shock el momento, se dio cuenta que la joven jamás le devolvió su campera. “Tengo una excusa para ir a verla”, se dijo asimismo en un grito de felicidad. Al otro día, se puso su mejor ropa, se compró un perfume para la ocasión, pidió un taxi y se fue directo al punto donde había recibido el mejor beso de su vida.
- La leyenda de una mujer muerta que va a un boliche y enamora a un joven se extendió por el mundo
Tocó la puerta nervioso y ansioso. Tenía planeado volver a caminar con ella y contarle todos los sentimientos que atravesaron su cuerpo desde la primera vez que la vio bailando. Pero el destino le tenía preparada otra sorpresa.
De la casa salió un hombre grande con una de esas miradas que solo la tienen aquellos que perdieron algo importante y que saben que jamás volverán a ser completamente felices.
“-¿Qué necesita?”, le dijo el señor con la voz quebrada, como si hubiese estado llorando mucho hasta ese momento.
“-Vengo a ver a la joven que vive en esta casa. Ayer le presté mi campera y no me la devolvió”, le respondió el gendarme.
El señor lo miró largo y tendido. Las lágrimas empezaban a bajar de sus mejillas nuevamente.
“-La única joven que vivió acá fue mi hija que ya lleva muerta tres años”, alcanzó a decirle con la voz entrecortada.
El gendarme sintió que el mundo se derrumbaba. Para confirmar la historia, el anciano le mostró una foto de su difunta hija y efectivamente era la chica hermosa que había conocido la noche anterior y de la que se había enamorado.
“-Murió en un accidente”, agregó el padre y le dio al joven la ubicación exacta de donde estaba la tumba.
Poco le importó los kilómetros de distancia que había entre la casa y el cementerio. El gendarme se fue corriendo. Una sensación amarga le invadía el cuerpo. A cada paso lanzaba una súplica a Dios pidiendo que sea mentira y que se tratara de una broma de muy mal gusto.
Cuando entró al cementerio, el mismo frío que había sentido en la mano de la joven invadió su cuerpo ahora. Durante casi una hora estuvo arrodillado y llorando frente a la lápida donde estaba su campera colgada.
Otra versión de la historia
Otra versión de lo que ocurrió esa noche dice que una joven se subió a un taxi en Santa Catalina y Almirante Brown en Posadas. Le indicó al chofer una dirección y se fueron a la misma en silencio. Durante todo el trayecto, el conductor sintió un frío extraño en el vehículo.
Al llegar al destino, la joven paga el viaje, se baja e ingresa a una casa. El conductor sigue su camino cuando se da cuenta que la chica se olvidó un abrigo.
Respetando la honestidad de todo taxista, volvió y golpeó la puerta de la casa para devolverle el abrigo. Salió una señora de rasgos muy triste y cuando el hombre le devolvió la prenda, ella azorada le dijo: “Esa es el abrigo que llevaba mi hija cuando la asesinaron”.