Por: Leandro De Mora
Licenciado en Comunicación Social
El misterio y el terror se unen bajo el concepto de lo “paranormal”, aquello extrasensorial que siempre es motivo de charla y debate en reuniones familiares o de amigos. Son muchas las personas que dicen haber atravesado por experiencias que exceden a cualquier explicación racional y que, justamente por esto, atrapan a cualquier oyente.
Apariciones, posesiones, sonidos, ritos, casas embrujadas; son algunas de las variantes con las que se presentan estos testimonios
Si bien hay relatos que unifican a todas las sociedades, hay otras que son particulares de cada zona. El Pombero, el Lobizón y el Jasy Jateré son algunos de los ejemplos de los personajes mitológicos típicos de Misiones, cuyas leyendas se fueron agrandando a medida que aparecieron declaraciones de adultos y jóvenes que afirmaron tener contacto con alguno de ellos.
Facundo Vidal es cordobés, pero hace tiempo eligió Misiones como hogar. Periodista y escritor, empezó a interesarse por las historias de terror y en 2016 lanzó su programa de radio llamado “La noche del Pombero”, que luego se convirtió en una página de Facebook que se mantiene viva hasta hoy.
En la red social da la oportunidad a sus seguidores para que le cuenten sus historias paranormales. Son tantos los testimonios que le llegan (y le siguen llegando) que decidió plasmarlo en un libro: “De lobizones, brujas, pomberos y aparecidos”.
Enfoque recibió al “cazador de historias” en una entrevista que, como no podía ser de otra manera, tuvo algunas particularidades. Desde reflectores que se apagaron, una cámara que dejó de funcionar y sonidos extraños que se advirtieron luego en la desgrabación (juramos que nunca había ocurrido nada de esto).
Durante la charla, Vidal relata las historias que más le impactaron, cuenta una propia experiencia personal que le tocó atravesar y, entre otras cosas, se anima a revelar cuáles podrían ser los lugares más “embrujados” de toda la provincia
Facundo Vidal: Al principio de todo me daba un poco de cosa que me confundan con un cazafantasmas. De hecho, una vez una señora me escribió a la página de Facebook (La Noche del Pombero) para saber si podíamos ir a hacer algo a su casa porque algo pasaba. Yo le expliqué que no soy un cazafantasmas, soy un cazador de leyendas.
Siempre las tomo con pinzas y con respeto porque muchas personas abren su corazón para revelarte una experiencia que nunca habían contado. Muchos piden el anonimato a la hora de mandarte la historia. Yo no estoy muy seguro que lo paranormal exista.
Lo que sí, hay personas que tienen esa facilidad o esa percepción. Acá en Misiones muchos tuvieron experiencia con el Jasy Jateré, el Pombero, el Lobizón y deidades originarias. A mí me apasiona recolectar estos testimonios.
Que interesante eso que contaste que una mujer te preguntó si podían hacer algo en su casa…
Sí, pasó eso. Lógicamente que no fuimos porque no estábamos preparados para ese tipo de cosas. Hay muchos que se dedican más a lo paranormal como limpieza de casas y cuestiones similares
¿Hay historias que te han conmovido, movilizado o atrapado?
Hay particularmente una que está en el libro y se llama “La mesita de luz” que me dio bastante… no sé si decir terror o qué. Si la lees en un contexto con una sola luz que te ilumine y tu sillón favorito como diría Stephen King hay historias que te generan piel de gallina.
¿Qué ocurrió con la mesita de luz?
Una persona había heredado una mesita de luz de madera hecha por su padre y por la noche esa mesita como que temblaba. Después se empezó a hacer mucho más difícil la convivencia en esa habitación porque apagaban la luz y era como que la mesita “gruñía”. Esta persona se pregunta por qué. Decide abrir la mesita y encuentra como una cinta pegada con unos dientes que parecían ser de perro y con unas palabras escritas. Y eso fue como un “gualicho”, una brujería o algo similar que estaba ahí.
Tu libro… ¿son todas historias de Misiones, contadas por gente de acá?
Sí sí, son personas que fueron contando sus historias. A algunas de ellas les pedí que profundicen con más detalles como por ejemplo por qué crees que pasa. Si alguien vivió en ese hogar antes. Si podría haber un tesoro encerrado. Hace poco vi una publicidad de un detector de metal que decía algo así como que si ves sombras, luces o movimientos en tu casa podría haber algo enterrado. Está la leyenda de que cuando alguien enterraba un tesoro con monedas de oro y plata hacía cavar a su sirviente un pozo y luego lo asesinaban para que quede como “guardián” de ese tesoro.
Pero también me pasó que me escribieron personas totalmente escépticas a las que le ocurrieron cosas. Hay una historia que está en tres partes que tiene que ver con una fábrica de embutido que había en Candelaria. El que me escribió lo conozco y sé que es una persona racionalista y escéptica. Y en un momento se encontró hablándole al fantasma pidiéndole por favor que dejara de molestarlo porque no le podía ayudar. Y pasa eso. Hay personas que son incrédulas hasta que les pasa. Yo creo que hay cosas que pueden pasar, pero el plan es no volverse locos, ese sería mi consejo.
Vos en qué grupo estás. En el de los escépticos o en el de los que creen.
Yo tengo la idea de que hay una especie de círculo con una idea adentro y hay personas que la comparten. Pero también hay gente que está fuera de ese círculo pero que se pueden acercar y observarlo. Por ahí no lo comparten, pero sí lo miran y escuchan atentamente. Yo me muevo desde adentro de ese círculo, pero también lo veo desde afuera. Como dije antes, hay cosas que pasan y uno no tiene la capacidad para entenderlas. Siempre mantengo el respeto por las historias que me envían.
Y en esas historias que te mandan ¿qué es más común? ¿Apariciones, personajes mitológicos como el Pombero, Lobizón, etc.?
Acá (Misiones) lo que ocurre mucho es la leyenda originaria como la del Pombero, el Jasy Jateré. En algún momento cruza una línea imaginaria y deja de ser una identidad originaria de los pueblos y pasa a ser una leyenda urbana. Por lo tanto podés conseguir la historia del Pombero en el barrio Itaembé Guazú de Posadas. A mí me pasó que cuando llegué muchos me hablaban del Pombero, el Lobizón etc. Pero también me encontré con historias de personas que jugaban a la ouija o al juego de la copa y eso, a su vez, despertaba fuerzas incontrolables y posesiones. Entonces, hay mucho del imaginario popular relacionado con los pueblos originarios. Y también con historias que se convertían en leyendas urbanas con personas que jugaban a la ouija o acudían a una curandera o una bruja porque sentían que le habían hecho un “gualicho”.
Hay una historia que se llama “un trabajo de albañilería” que tiene que ver con algo que encuentran mientras están haciendo refacciones en una casa, donde siempre ocurrían cosas extrañas, como ver pájaros negros que chocaban contra la pared y la traspasaban. Entonces, en un momento encuentran como un frasco encerrado con vinagre y con muchos pájaros negros adentro. Y ahí es donde decís que tal vez esa sea la respuesta a lo que se veía en ese domicilio.
Hay otra historia que me mandaron que ocurrió en Salto Encantado que tiene que ver con la ufología, haber visto un ovni.
Para vos ¿existen lo que conocemos como “casas embrujadas” o lugares encantados?
A mí me pasó algo que no está en el libro, que tiene que ver con un álbum de fotos. Yo vivía en una casa por General Paz (Posadas) y la vivienda de enfrente la estaban desmantelando porque iban a construir un edificio. Entonces llevaron un día a una persona para que limpie con un gran contenedor donde pusieron ropas antiguas, muebles rotos, etc. Un día pasé por el lugar y vi un álbum de fotos. Eran como fotos de época, que no se iban a poder reproducir más. Yo guardé el álbum con el objetivo de buscar dueños para que puedan conservar las imágenes.
Lo llevé a mi casa y lo puse en una bolsa al lado de una chimenea que no usábamos. Entonces transcurrieron los días y mi hija que tenía tres añitos, empezó a no poder dormir y en su vocabulario nos intentaba decir que alguien se le ponía enfrente. “Señora”, decía y en mi casa éramos tres nomás, mi hija, mi mujer y yo.
Una vez, antes de dormir, estábamos con mi señora a la noche y la luz del pasillo que estaba apagada, de repente se prende. Nos quedamos mirando sin entender bien qué ocurrió.
Después, otra noche, escuchamos como el sollozo de una persona grande. Era muy confuso todo como para analizarlo racionalmente. Una vez estábamos los tres comiendo en silencio y escuchamos como que nos chistaron, como si nos quisieron callar.
Fueron ocurriendo otros episodios hasta que un día mi mujer advierte que todo podría estar pasando por el álbum de fotos. Entonces agarré, lo dejé de nuevo en el contenedor y ahí todo volvió a la normalidad.
Entonces era todo por el álbum…
Sí, se ve que estaba cargado de algo, de una energía de depresión o tristeza. Yo creo que puede haber casas embrujadas porque a veces uno se reúne con personas que están tristes y ese sentimiento se nos traslada.
Y en el caso de las personas que tienen experiencia con lo paranormal ¿Encontrás un hilo conductual? ¿Por ahí que estaban pasando en un momento difícil de sus vidas?
Mmm, no tanto. Sí hay personas que son como una antena que receptan más que otras esas cosas. Me pasó de hablar con alguien que me contó que tanto ella, como su madre y su abuela tenían una especie de velo en la placenta cuando nacieron. Era como una especie de herencia y todas tenían la capacidad de percibir esas cosas. Pero ella me dijo que tenía la suerte de que su madre le enseñó cómo manejar eso. Me decía que cuando entraba a un lugar, sentía como un aleteo de pájaros que le oprimían, pero había aprendido a decidir cuándo quería o no percibir algo. Además, me contó que a su madre la convocaba la Policía para saber dónde quedaba un cuerpo de alguien asesinado o ese tipo de cosas. Me decía que su mamá entraba a la habitación donde había ocurrido un asesinato y podía decirle a eso que la rodeaba “mostrame cómo pasó, pero no me lo hagas sentir”. Y era como que veía imágenes de cómo había pasado todo. Hay personas que tienen esa percepción.
En el caso de las casas embrujadas, ¿también tiene que ver con el pasado, con lo que ocurrió en ese lugar ?
Como dije al principio, muchas veces está relacionado con entierros de tesoros. Con personas que no quieren irse nunca de ese lugar y aún lo sienten suyo. Muchos me dicen que hay personas que mueren y no pueden traspasar la barrera para descansar en paz, que tiene que ver más con una religión o una creencia quizás. Pero también hay personas escépticas que perciben cosas, así que no sé si hay un hilo conductor en particular. Tal vez la característica sea el terreno geográfico donde transcurre la historia.
¿Y hay algunos trabajos puntuales desde donde te lleguen más testimonios?
Sí, me pasó que muchos guardias de seguridad me proveyeron de experiencias.
Si tuvieras que definir el lugar “más encantado” de Posadas y del interior de Misiones ¿Cuál sería? Un lugar donde ni vos querrías pasar.
En Posadas me llegaron muchas historias de un lugar que se llama el monte “El Acuerdo” (reserva natural) ubicado sobre Andresito y Bustamante. En una época fue como un lugar de mala vibra donde algunos aseguran que se cometieron crímenes y hubo hasta prostíbulos. En un momento, hubo un asentamiento de personas que estuvieron viviendo ahí y que aseguraban que de noche no podían salir de los gritos, lamentos y apariciones que había en el lugar. Es como que conserva en el imaginario popular como una especie de aura de misterios. Del interior me llegaron muchas historias de diferentes lugares, de escuelas, hospitales, etc. No sabría decirte uno en particular.