El miércoles de la semana pasada la mutual General San Martín de Villa Bonita (Departamento de Oberá) que provee agua y luz a los vecinos de dicha localidad recibió la facturación de energía por $37 millones, un incremento del 500%, por lo que prácticamente quedó en la quiebra.
“Si no podemos tener un salvataje este será nuestro final, es imposible pagar semejante factura, tampoco podemos trasladar los costos a los socios y nos queda la vía de entregar el servicio en otras manos, sea la misma CELO o EMSA, porque nosotros no vamos a poder”. Con pesadumbre y desesperación, el titular de la mutual, Carlos Mojsiuk contó a PRIMERA EDICIÓN el difícil momento.
Y explicó que están “golpeando todas las puertas” para encontrar una vía de escape para esta situación, pero a la vez pretenden una solución de fondo.
“Porque si estas van a ser las nuevas tarifas, nosotros no vamos a poder hacernos cargo. Son más de mil socios de Villa Bonita a quienes les prestamos servicios hace más de 40 años, pero estos montos son imposibles de alcanzar”, aseguró el hombre.
El mecanismo es más o menos así: la Cooperativa Eléctrica de Oberá (CELO) le provee el servicio a la mutual y ésta a su vez la revende a los vecinos de la localidad. De primera mano, aparecen dos dificultades para los usuarios: comprar una energía que ya llega muy recargada y la imposibilidad de inscribirse a los subsidios que brinda el Estado, porque, al ser mutual, no aparece en el listado de entidades aptas de ser subvencionadas.
“Es una situación bien complicada la que nos toca afrontar porque nosotros teníamos una facturación de aproximadamente $8 millones por mes, complicada de levantar de por sí, imagínense nuestra sorpresa al recibir la nueva por $37 millones. Ahora nuestro caso está en manos del Ministerio de Acción Cooperativa y Mutuales, tratando de ver con el Gobernador y los organismos que correspondan para ver qué hacer con nuestra mutual porque de esta forma nos dejan en la quiebra”, graficó el hombre.
“Con todos los pagos venimos al día, nuestra institución está regularizada con sus finanzas y ahora nos facturaron como N1 Mayoritario y quedamos fuera de cualquier subvención que nos pueda brindar el Estado”, dijo.
Y prosiguió: “Para hacer frente a la tremenda suba, las cooperativas reciben las notas de crédito pero a nosotros aparentemente no nos corresponde porque según nos dicen no estamos inscriptos en Energía de Misiones y en Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), que es la que regula los precios”.
“Además nuestros socios se quieren inscribir y la mutual no aparece como revendedora de energía, ya que somos la única en Misiones, que compra a la CELO y la revende a sus socios”, amplió Mojsiuk.
Pedido
Lo que pretende la Asociación Mutual es que su cartera de socios sea incluida como socios adherentes de la propia CELO. “O que se nos permita incluirnos como mutual. Porque lo que nos cuentan nuestros asociados, es que la opción no aparece en la lista de inscripción para la segmentación tarifaria”, insistió.
“La mayoría de nuestros vecinos deberían gozar de la segmentación porque son de nivel medio a bajo, pero lo que pasa es que al no aparecer en la lista entran todos como si fueran de nivel alto y las facturas que están recibiendo superan los $80 mil y más también”.
Para Carlos Mojsiuk urge una solución definitiva para no dejar desamparada a la gente, porque “por más que consigamos la plata que hace falta para pagar este mes, entendemos que el próximo período va a venir más o menos lo mismo o más, porque se habla de otro aumento. Vamos a acumular una deuda impagable”, enfatizó.
El hombre se mostró muy angustiado, porque esta será la primera vez que no van a poder pagar a los proveedores.
“Nosotros nunca le debimos nada a la CELO, teníamos todo al día, siempre revendimos la energía al precio que nos pasa la Provincia. Estamos gozando de una moratoria de la AFIP, pero si entramos a financiar esta factura es pan para hoy y hambre para mañana, porque va a llegar un momento que no vamos a poder soportar más. Nos estamos viendo obligados a no poder seguir, y veremos quien podrá convertirse en proveedor, porque ni convirtiendo a todos los socios en N1 se le puede cobrar semejantes tarifas a la gente”, finalizó.
De un mes a otro enfrentan un tarifazo de $30 millones
Para Carlos Mojsiuk la facturación raya lo descabellado y lo único que logra es poner de rodillas a una entidad que venía haciendo bien las cosas para los vecinos.
“Es una locura total, este monto es realmente impactante, 29 millones subió la facturación de un mes a otro y nosotros facturamos a los socios 20 millones de pesos y ahí hay que descontar mantenimiento, obras, personal que también se utiliza este dinero para pagar todo eso, o sea, hay un desfasaje de más de 25 millones de pesos que no sabemos cómo pagar”.
Explicó además que el inconveniente se presenta porque para facturar “nos toman (a la mutual) como único consumidor del municipio”. Es decir, no se contempla a los socios en forma individual porque el sistema no les permite.
“La mutual es una revendedora de energía, pero eso no está catalogado en ningún lado, entonces, por obvias razones burocráticas y administrativas no nos pueden subvencionar. Que era algo que ya veníamos reclamando, pero ahora, de un mes para el otro nos viene esta factura que nos hace pensar que vamos a tener que cerrar la mutual porque no podemos pagar. Todos nuestros proyectos para ayudar a crecer a Villa Bonita quedan en la nada. Incluso estábamos haciendo planes para ampliar la planta de agua potable porque nos quedó chica para la localidad y la demanda de los socios, pero ahora no sabemos que hacer”, remarcó el dirigente y vecino.
En ese sentido, Mojsiuk aclaró que la gente que depende de la mutual (Villa Bonita, Villa León y Acaraguá) podría quedar en una suerte de “limbo” si es que nadie se quiere hacer cargo.
“La incertidumbre es total, estamos pidiendo al municipio, a EMSA, a la CELO que se hagan cargo, porque como entidad, desde ya que no podremos afrontar mes a mes semejante locura”.
Cuatro décadas de sacrificio
La Asociación Mutual General San Martín se gestó en el 1980 en el poblado de Villa Bonita, localidad situada en el Departamento de Oberá, que administrativamente depende del municipio de Campo Ramón. Sus vecinos y pioneros, para poder hacerse cargo de la provisión de agua, energía y servicio de sepelio gestaron la entidad con esfuerzo y por casi 50 años supieron llevar la actividad sin deudas e inconvenientes, pese a todas las crisis económicas y sociales que golpearon al país.
De no encontrar una salida, deberán dejar en manos de terceros la administración de todos sus recursos.