Llegó la resolución de la Confederación Argentina de Hockey (CAH) tras el pedido de la Primera Damas de Centro de Cazadores: no se cambiará a Rosario como sede del Campeonato Regional de Clubes (CRC) B, pero tampoco se sancionará al equipo que decida no jugar el torneo, ni económica ni deportivamente “por el carácter excepcional de la situación”.
Así pudo saber EL DEPORTIVO a través de la presidenta de la institución de la ex-213, Lorena Dávalos. “No nos van a sancionar, así que se logró el objetivo”, remarcó ayer a este Diario la titular del club posadeño, a la vez que confirmó que la decisión del equipo sigue siendo la de no viajar a Rosario debido a la situación de violencia que se vive en la ciudad desde hace un par de semanas. La decisión se había tomado luego de los hechos de público conocimiento y con el objetivo de preservar la integridad física de las jugadoras.
Ayer, la Comisión de Campeonatos de la CAH hizo llegar un comunicado a los clubes clasificados al certamen donde confirmó que Rosario será la sede “considerando que algunos equipos han pagado la totalidad o una parte de la hotelería del torneo lo que hace imposible el cambio”. Vale recordar que la CAH hizo un relevamiento sobre la situación de los clubes en la previa al torneo.
En el mismo comunicado detalló que “en virtud de la necesidad de salvaguardar la tranquilidad” de jugadoras, cuerpo técnico y público en general, el Jockey Club de Rosario y Old Resian Club -clubes donde se jugará el torneo – “posibilitarán a cada uno de los clubes participantes que puedan ingresar hasta dentro del predio con su colectivo a los efectos de minimizar los riesgos”; a la vez que informó que la CAH “se encuentra en permanente contacto con las autoridades para brindar las mejores condiciones posibles a los participantes”.
Luego, la institución confirmó que “los clubes que decidan no participar no tendrán ningún tipo de sanción (ni económica ni deportiva) y tampoco deberán abonar la inscripción al torneo”, debido al “carácter excepcional de esta situación”. Esto llevó tranquilidad al equipo de Centro que, al margen de la sanción económica, consideraba excesivo el castigo deportivo de dos años sin participar en competencias nacionales.