Los alumnos de la Universidad Cuenca del Plata (UCP) realizaron este viernes una protesta en reclamo de lo que consideran “nuevas normativas imprevistas y abusivas”, entre las cuales apuntaron principalmente al aumento desmedido de las cuotas que actualmente tiene un valor de 126 mil pesos y que sufrirá un nuevo incremento en abril. Además solicitaron mejoras en la calidad educativa y en la infraestructura edilicia, como así también el empleo de herramientas tecnológicas, entre otras cuestiones.
La autoconvocatoria estaba prevista para el mediodía del viernes en todas las sedes de la UCP y en la capital provincial, un grupo de estudiantes de distintas carreras, expusieron ante los medios presentes su visión de la dura realidad que les toca vivir en dicha Facultad y que pretenden que se revierta a partir del diálogo y acciones concretas.
“Esto algo muy importante para nosotros porque son muchas cosas que vienen pasando últimamente, donde los chicos nos encontramos en una situación muy vulnerable ante nuevas normativas que está implementando esta universidad”, señaló Yanina, a PRIMERA EDICIÓN.
Explicó que “hay muchos estudiantes que van a dejar la carrera, lo cual es gravísimo. Todo surgió por un incumplimiento de contrato, porque cuando ingresamos a la universidad, nos hicieron firmar un documento con ciertas pautas y cláusulas donde estipula, por ejemplo, un aumento semestral o cuatrimestral del valor de la cuota. Pero lo que pasó es que a mitad de la cursada nos obligaron a firmar un nuevo contrato, totalmente imprevisto, bajo amenazas literalmente de expulsión, sanción y pérdida de promociones”.
En ese contrato, siguió detallando, que “nos obligaron a firmar estipula que la Cuenca del Plata cambia su forma de aumentar la cuota donde dicen que serán mensuales. Cada aumento que tuvimos fue desde un 13 a 35% por mes. En enero y febrero el aumento fue del 35%, en marzo del 25% y en abril será del 13%. Ellos intentan justificar diciendo que se guían por el IPC (Índice de Precios al Consumo) pero el último mes fue del 13,3%, si no me equivoco, y ellos aumentaron un 25%, casi el doble. Es decir que hay un incumplimiento de contrato inicial, aumentos desmedidos, incoherentes e irregulares”.
Incumplimiento
Otra de las alumnas, Natalia, aportó su mirada sobre la situación que hoy atraviesan y dijo que “en mi caso, cuando ingresé a la facultad nos aseguraron que los aumentos iban a ser semestrales y de hecho así fue, pero el año pasado ya empezaron a ser bimestrales y ahora mensuales, eso es completamente una locura”.
La universitaria fue muy clara en sus conceptos y resaltó que “todos sabemos que la economía del país no está bien, pero los sueldos no suben al mismo ritmo, cuesta cada vez más pagar la comida, muchos tenemos hermanos, hay compañeros estudiantes que tienen hijos, una casa que mantener y no es posible estar pagando más de 126 mil pesos por una cuota cuando están vulnerando nuestros derechos”.
Natalia apuntó que “no se están respetando los servicios que ofrecían. Nuestros padres, nuestra familia, todos hacemos un gran esfuerzo para estar acá estudiando pero así se hace cada vez más complicado el panorama con estos aumentos”.
Con los ojos llenos de lágrimas por la impotencia que le genera la situación, indicó que “muchos probablemente nos tengamos que dar de baja de la facultad por no poder pagar más. En abril va a subir otro 13% y eso es mucha plata para los que dependemos de un sueldo. Pedimos empatía a los directivos, que nos podamos sentar a analizar esto que está pasando y sin represalias”.
Los estudiantes contaron que “muchos no vinieron porque tienen miedo y eso no puede ser. Ahora salió una administrativa y empezó a tomar fotos y videos de quienes estamos protestando para amedrentarnos en lugar de invitarnos a dialogar a reunirnos”.
Carencia de elementos para la práctica y no uso del teléfono
Otro de los temas expuestos por los estudiantes estuvo enfocado en la “cursada porque hay una falta de recursos que tienen los estudiantes, de herramientas, de elementos que son indispensables y eso ocurre no solamente en la sede de Posadas sino en diferentes sedes del país”.
Detallaron que “hay sedes que se inundan, que no tienen luz en algunas aulas, con problemas en los techos, entonces la protesta tiene como objetivo saber adónde va la plata de las cuotas porque uno en Posadas paga 126 mil y no ves cambios. Hay carreras que las están brindando de manera digital cuando el cursado debería ser presencial, los baños no tienen elementos de higiene, que es algo básico. Tampoco funciona el wifi, los chicos de las carreras de Nutrición y Fonoaudiología no tienen elementos para sus prácticas…”.
La mitad de las “compu” no anda
Apuntaron que “hay una escasez de recursos, de herramientas tradicionales y tecnológicas porque en las salas de informática, por ejemplo, la mitad de las computadoras no funcionan y no alcanzan para todos, tampoco hay libros suficientes en la biblioteca, algo que es súper grave. Lo que ya lo tomamos como algo extremo es que te prohíben el uso del teléfono en el aula, tampoco si te trajeras una notebook o una tablet, cuando hasta en las universidades públicas está permitido el buen uso de cualquiera de estas herramientas”.
Relataron que “en un momento prohibieron hasta tomar agua en clases y había que pedir estrictamente permiso para ir al baño como si fuese una escuela primaria, cuando ya somos todos adultos. No está mal pedir permiso pero que el profesor o los directivos amenacen con no dejarte ir o que te condicione eso, ya no corresponde”.
Siempre de acuerdo al testimonio de los estudiantes, “cuando empezamos con la convocatoria a partir de las redes sociales la universidad mandó un correo amenazando que iban a buscar a los responsables de este movimiento y tomar medidas legales, penales y salieron a negar nuestros reclamos catalogándolos de ‘fake news’ como que estábamos realizando una campaña de desprestigio pero nosotros tenemos pruebas de lo que decimos, imágenes y videos de todo lo que decimos”.