Hace once años, exactamente el martes 19 de marzo de 2013, la plaza San Pedro en Roma aclamaba al papa Francisco al inicio de su Pontificado.
En aquella ocasión dijo: “Doy gracias al Señor por poder celebrar esta Santa Misa de comienzo del ministerio petrino en la Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y patrono de la Iglesia universal: es una coincidencia muy rica de significado”.
“También el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz; debe poner sus ojos en el servicio humilde, concreto, rico de fe, de San José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el Pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad”, destacó.
Meses después, el Santo Padre, a través de un decreto de la Congregación -hoy Dicasterio- para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, decidió realizar una pequeña modificación en las oraciones de la Misa para alentar la devoción a San José.
Concretamente, con esta modificación, el Santo Custodio es mencionado en las Plegarias Eucarísticas II, III y IV de la tercera edición típica del Misal Romano, colocándose después del nombre de la Virgen María.
Posteriormente, en una ceremonia en la que estuvo acompañado de Benedicto XVI, el Papa Francisco consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y a San Miguel Arcángel.
El miércoles 19 de marzo de 2014 se volvió a referir a San José diciendo que “es el modelo del educador y del papá, del padre. Así que encomiendo a su protección a todos los padres, los sacerdotes -que son padres, ¿eh?- y los que tienen un papel educativo en la Iglesia y en la sociedad”.
Durante su viaje a Filipinas a inicios de 2015, el Pontífice hizo una reflexión sobre las tres lecciones que da San José a las familias: el descansar en el Señor en la oración, crecer con Jesús y Santa María y ser una voz profética en la sociedad.
Allí develó uno de sus secretos mejor guardados: “Yo quiero mucho a San José, porque es un hombre fuerte de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo, y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, lo puede hacer, lo sabemos”, indicó el Santo Padre.
“Cuando tengo un problema, una dificultad escribo un papelito y lo pongo debajo de San José para que lo sueñe. Esto significa para que rece por este problema”, añadió.
En diciembre de 2018, en la homilía de la Misa que presidió en la Casa Santa Marta, el Papa indicó sobre el Santo Custodio que “de este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre“.
“Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”.
En diciembre de 2019, antes del rezo del Ángelus, el Papa Francisco afirmó que en San José, “una figura aparentemente en segundo plano”, se “concentra toda la sabiduría cristiana”.
El Papa explicó que al saber que será padre adoptivo de Jesús, “José se fía totalmente de Dios, obedece las palabras del Ángel y toma consigo a María. Es precisamente esta confianza indestructible en Dios lo que le ha permitido aceptar una situación humanamente difícil y, en cierto sentido, incomprensible”.
“José comprende, en la fe, que el niño engendrado en el seno de María no es su hijo, sino que es Hijo de Dios y él, José, será su custodio asumiendo plenamente la paternidad terrena”.
Fuente: ACI Prensa