En un hecho que ha generado gran controversia y reavivado el debate sobre los crímenes de lesa humanidad en Argentina, el ex coronel Horacio Losito, condenado por su participación en la Masacre de Margarita Belén, fue recibido formalmente en el Regimiento de Infantería de Monte 30 de Apóstoles.
Este suceso, calificado por muchos como lamentable, ha levantado críticas y cuestionamientos sobre la memoria histórica y la justicia en el país. Losito, quien cumplió una condena de 19 años por su implicación en uno de los episodios más oscuros de la historia argentina, llegó a la Unidad Militar para visitar a su hijo.
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Su liberación, junto con la de otros ex militares condenados por crímenes de lesa humanidad, ocurrió hace tan solo dos meses, desatando una oleada de opiniones divididas en la sociedad.
La Masacre de Margarita Belén, ocurrida en 1976 durante la dictadura militar en Argentina, dejó un saldo de numerosos desaparecidos y víctimas inocentes. Losito fue uno de los responsables condenados por su participación en aquellos trágicos eventos, que marcaron indeleblemente la historia del país.
En la recepción al ex Coronel en el Regimiento de Infantería de Monte 30, se los puede ver formados, y saludando al mismo mientras baja del auto en el que se trasladaba. Esto sido interpretado como un gesto insensible hacia las víctimas y sus familias, así como una afrenta a los principios de memoria, verdad y justicia que se han promovido en el país desde el retorno a la democracia.
Ante esta situación, diversas organizaciones y usuarios en redes han expresado su repudio. Asimismo, se ha instado a las autoridades pertinentes a reflexionar sobre la pertinencia y el mensaje que este tipo de actos envían a la sociedad en su conjunto.
En medio de esta polémica, el caso de Horacio Losito vuelve a poner sobre la mesa el desafío de reconciliar la memoria del pasado con las necesidades del presente, así como el compromiso con la verdad y la justicia como pilares fundamentales de una sociedad democrática y respetuosa de los derechos humanos.