Víctimas y victimarios están atados a un mismo destino.
La rendición a todo tal y cual fue, la apertura al amor incondicional, observar sin juzgar a víctimas y victimarios intercambiar roles, nos lleva a comprender que son las dos caras de la misma moneda.
Quien es victimario fue víctima seguramente en su sistema y nos está mostrando algo con su accionar.
Quien es víctima tiene la posibilitad a través de la reconciliación de desprenderse y comprender el destino mayor en el cual todos estamos inmersos. Son dos caras de la misma moneda y ambas encierran el mismo aprendizaje: “Aceptar el destino y la experiencia que nos toca vivir, ya que ella nos viene heredada desde nuestros ancestros y es parte de la evolución de la conciencia”.
Todo aquello que no fue visto resuelto y silenciado en nuestro sistema se vuelve a repetir una y otra vez hasta que se completa el aprendizaje, siempre en amor y reconciliación.
Que es difícil de ver y comprender. ¡Sí! Ya lo creo. Vivimos en un mundo dual en el cual tomar partido de una posición nos lleva automáticamente a su contraria.
Si lo podemos ver no es necesario vivirlo. Si buscamos hacer justicia sin comprender el dolor que encierra cualquiera de las dos posiciones seguiremos atados a un repetir hasta poder abrir el corazón a algo más grande. Ya no es necesario el aprendizaje a través del dolor, pero para eso es necesario poder trascender los opuestos, verlos como las dos caras de la misma moneda y a través de la neutralidad ir desarmando las consecuencias de nuestros actos.
Que es difícil de realizar. ¡Sí! Así es. Liberarnos de juicios limitantes es necesario para poder abrir el corazón a lo nuevo.
Vivimos hablando de lo nuevo, la quinta dimensión y la nueva era, pero hasta que no abandonemos los juicios, los miedos y el juzgar el destino del otro no podremos tocar la energía del amor que, por cierto siempre está presente. Es lo que subyace en todo, es lo que contiene todo y le da sentido.
Que es difícil de ver y comprender. ¡Si! Así es, porque requiere de un acto de fe y entrega inmenso. Dejar de juzgar, dejar de ver desde la limitación, aprender de la experiencia y elegir siempre el camino del amor y la reconciliación es el inicio de la nueva era.
Mientras tanto, todo lo que no vibre alto y en amor seguirá existiendo porque somos nosotros los que lo necesitamos para evolucionar. ¡Sí a todo como es! ¡Elijo! Pudiéndolo hacer igual y repetir el camino del dolor, elijo la vida, elijo lo más grande elijo la paz y el amor que tanto me costó conseguir. Y al elegir me convierto en un punto de luz e inspiración para mi alrededor.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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