Fuerte síntoma de la debacle económica, los salarios argentinos vienen completando seis años consecutivos de caída y nada hace pensar que esa inercia vaya a cambiar en el mediano plazo.
La última medición al respecto señala que en diciembre pasado subieron apenas 8,9% contra una inflación que tocó 25,5% producto de la devaluación.
La serie anual marca que en 2023 los salarios perdieron casi 60 puntos respecto de la disparada de precios, subieron 152,7% interanual, mientras los precios se dispararon 211,4%.
En este bimestre también se confirmó el desarrollo de un fenomenal ajuste sobre el poder adquisitivo de la población.
Privados, públicos e informales obtienen el mismo resultado al final de cada ejercicio. Así como sucedió en la gestión de Alberto Fernández, en la de Javier Milei sigue siendo el salario la variable que pierde contra todo.