“Los voy a fundir a todos”, la frase que se hizo famosa días atrás cobra hoy mayor dimensión. La visceralidad del presidente Javier Milei lo llevaron ahora a acelerar la sequía financiera de las provincias.
En su plan de venganza contra los gobernadores “traidores” que no acompañaron en el Congreso su Ley de Bases acaba de avisar que se cortan los subsidios al transporte de pasajeros del interior del país.
Pragmático como pocos, Milei hace gala de un centralismo pocas veces visto en las presidencias desde el retorno de la democracia. Cabe advertir que todos los mandatos tuvieron predilección por el AMBA, pero cuesta encontrar entre los antecedentes una medida tan focal como la anunciada ayer por el Gobierno nacional.
Con una maniobra así no se ataca nada más que a los gobernadores que no acompañaron, sino a las provincias y sus habitantes, incluso a millones que, entre otras cosas, votaron por un cambio de paradigma y por un federalismo que hoy no se advierte en ninguna fase del Gobierno.