En su paradójica búsqueda de paz en Israel, tierra de un histórico conflicto armado, el presidente Javier Milei no paró de recibir malas noticias. En Argentina, su ley fundamental no dejaba de dar tropiezos y lo alentaron a tomar decisiones drásticas que quedaron a la vista y otras no tanto.
No es para menos, la iniciativa que serviría de base para su proyecto presidencial fue desdibujándose con los días. Hasta antes de la desaparición del “capítulo fiscal”, la norma incluía más de 600 artículos. Esta semana ya había quedado reducida a 383 y ahora volverá a comisión, donde incluso podría quedar olvidada porque casi nadie tiene ganas de discutirla.
Dos fuertes derrotas consecutivas (primero lo fiscal y luego la vuelta a comisión) empujan al Presidente a terrenos que no sospechaba iba a pisar tan pronto en su mandato. Milei está convencido que el derrotero de su Ley de Bases lo dejan frente a una nueva grieta: o “la casta”, como suele llamar a la dirigencia que no lo acompaña, o Milei.
Tan herido quedó el mandatario que llenó de mensajes sus redes sociales apuntando contra los legisladores, pero más aún contra los gobernadores quienes, al fin y al cabo, se impusieron en la puja entre leyes y recursos. Tan herido se siente que sus allegados advirtieron que sopesa llevar su ley madre a un plebiscito. Pero también analiza que poner en discusión su joven mandato tan tempranamente lo expone a una derrota que podría ser letal.
La alianza con la casta, la pobre evolución de la economía y el estado del poder adquisitivo de las familias argentinas liman todos los días la imagen presidencial.
En el manual de excusas libertario está oculto el capítulo de la autocrítica y se apela notoriamente a echar culpas hacia “la casta”, como si eso que aborrecen no fuera parte de su Gobierno.
De hecho tener cerca y en alguno casos en sus filas activas a un expresidente, un exvicepresidente y una ministra que trabajó bajo varias alineaciones políticas debería darle un plus para sobrevivir a convulsiones políticas y no padecer derrotas tan fuertes en tan poco tiempo.