Anticiparse, programar, manejar las urgencias son claves para lograr tus objetivos y potenciar tu desarrollo. Hoy reuní algunos consejos que podrás aplicar y que seguro te beneficiarán a la hora de planificar tu año y hacer crecer tu emprendimiento o proyectos personales.
Dividir el año
Organizar el año en cuatro grandes bloques (en cuatro trimestres) y empezá a pensar en los planes que querés concretar. Cuáles serán las grandes metas a las que le pondrás más atención. Una vez definidos esos cuatro grandes planes, el siguiente paso es escribir, de cada uno, una lista de acciones.
Anticiparte a las necesidades y pedidos de tu proyecto
Cuando no te planificas con tiempo, lo que termina pasando es que disparas pedidos a último momento, siempre en modo urgencia. Las urgencias pueden ser una excepción, pero si es la forma normal de trabajo, hay algo que estamos haciendo mal.
Enfocarte en el primer trimestre
En lugar de escribir: “hacer las fotos de la nueva colección”, ocúpate de describir todos los puntos necesarios para lograrlo: elegir las prendas, pedir presupuestos, pedirle a la fotógrafa referencias para saber qué tipo de foto voy a hacer, etc. De esta manera avanzamos enfocados, de un plan a la vez.
Bloquea el calendario con anticipación
Una vez que tengas definida la lista (lo más detallada posible) de todas las tareas específicas, el siguiente paso es agendarlas con anticipación. Quizás no podés definir ahora el día exacto, pero sí ir poniendo la semana en la que querés (o necesitás) que pase cada cosa.
Empezá cada semana con una revisión
Revisa todos los lunes el calendario de tu semana, para asegurarte que gran parte de tu tiempo esté enfocado en las tareas más importantes para tu proyecto.
Herramientas como Google Calendar te permiten ver toda tu semana de un pantallazo y los bloques de actividades de cada día. De esta manera empezamos la semana con orden y control, en lugar de reaccionar al primer mail que nos llega o el primer comentario que nos cruzamos en Instagram.
Evita que tu lista de pendientes dirija el día
La lista de pendientes no es una lista de prioridades, que esté en la lista no quiere decir que tengas que hacerlo ahora mismo o mañana. Lo mejor es que mires la agenda de ese día y definas cuáles de esos pendientes. Si, por ejemplo, te llega un mail de un cliente pidiéndote un informe con tal y cual cosa, ese mail no es un disparador para que te pongas a hacerlo en ese instante y dejes lo que estabas haciendo. En cambio, cuando te llega ese pedido, primero analizas si te corresponde hacerlo.
La primera pregunta siempre debería ser: ¿sí o no? Si decidís que es algo que tenés que hacer, entonces miras tu agenda y elegís en qué momento vas a hacerlo. Y le respondes el mail a ese cliente, diciéndole que se lo vas a mandar para tal fecha. Así, seguís enfocada en lo que estabas haciendo y no saltas de un pedido a otro de forma reactiva.
Excelente domingo.
Colabora Karyna González
Fundadora de Spacio Mujer
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