El 7 de febrero de 1964, The Beatles desembarcaron en Estados Unidos por primera vez e iniciaron una conquista cultural -bautizada después por los medios como la “invasión británica”– en la cual usaron la propia arma del país conquistado: el rock and roll.
Una multitud de 4.000 jóvenes los esperaron en Nueva York, en una manifestación de histeria colectiva que nunca antes habían visto los estadounidenses, ni siquiera con el “Rey del Rock”, Elvis Presley.
Es que el cuarteto de Liverpool llegó a EEUU en el momento preciso. El país aún no se recuperaba del trauma del asesinato del joven presidente John F. Kennedy, con quien parecían haber muerto las esperanzas de una generación.
Además, Elvis había perdido su encanto y rebeldía originales al alejarse de los escenarios para hacer su servicio militar, comenzando su declive.
Chuck Berry estaba preso por haber tenido relaciones con una menor de edad, Little Richard había abandonado temporalmente la música por la religión y Buddy Holly había muerto en el mismo accidente de aviación que Ritchie Valens, el músico de origen mexicano que popularizó “La Bamba”.
Cuando en Reino Unido la Beatlemanía -término acuñado por la prensa británica en octubre de 1963- estaba a todo dar, Estados Unidos parecía ser un destino imposible. “EEUU lo tiene todo, ¿qué podemos ofrecerle nosotros?”, había dicho Paul McCartney, sin imaginarse el impacto que causarían.
La disquera Capitol se negó durante más de un año a distribuir su música, creyendo que se trataba de un fenómeno pasajero. Pero sucumbió ante la evidencia de la popularidad del grupo gracias a su difusión por la radio y lanzó el sencillo “I Want to Hold Your Hand”, el 26 de diciembre de 1963. El 1 de febrero, mientras los Beatles estaban en París, la canción llegaba al primer lugar de la cartelera estadounidense.
En ese contexto aparecieron en el país, a llenar un vacío con su encanto personal multiplicado por cuatro y con un contrato para presentarse en un programa televisivo sumamente popular, El show de Ed Sullivan, que desde 1949 era visto por millones de estadounidenses todos los domingos en la noche.
Ed Sullivan era el presentador del programa de variedades en el que los Beatles debutaron para la televisión estadounidense. Sullivan fue testigo de la Beatlemanía en un viaje a Londres y se contactó con el manager del grupo, Brian Epstein.
Firmaron un contrato para tres presentaciones en el programa: el 9, el 16 y el 23 de febrero. La primera, en Nueva York, tuvo una audiencia de 73 millones de personas, algo envidiable para cualquier cadena televisiva en esa época, y en esta, en la que una inmensa variedad de canales y medios que compiten por la atención del público.
Ese día el grupo interpretó composiciones originales de Lennon y McCartney, dentro de un repertorio matizado con sus covers de canciones estadounidenses.
En el primer show tocaron “All My Loving”, “Till There Was You” (composición de Meredith Willson para el musical de Broadway “The Music Man” cantada, entre otras, por Peggy Lee), “She Loves You”, “I Saw Her Standing There” y su primer gran éxito en EE.UU., “I Want to Hold Your Hand”.
El 11 de febrero dieron su primer concierto en el Washington Coliseum, en la capital, ante 8.000 personas, y el 12 el segundo en el Carnegie Hall de Nueva York, ante 2.000.
En la segunda presentación para el show de Ed Sullivan, realizada en el hotel Deauville de Miami Beach, repitieron cuatro temas y agregaron “This Boy” y “From Me To You”. 70 millones de personas sintonizaron el programa.
Para el tercer show, que fue pregrabado, sólo tocaron tres canciones: “Twist and Shout” (composición de Phil Medley y Bert Russell, éxito del trío afroestadounidense The Isley Brothers), “Please Please Me” y “I Want to Hold Your Hand”.
Después de su llegada a EEUU, ese país y el mundo quedaron enamorados de los Beatles, quienes fueron desarrollando su talento como compositores originales y dejando atrás paulatinamente las viejas canciones que los inspiraron.
Fuente: BBC Mundo