Este martes se celebra en al menos 150 países en todo el mundo el Día Internacional de Internet Segura, una fecha que busca promover un uso seguro y positivo de las tecnologías digitales, especialmente entre niños y jóvenes.
Es que el entorno digital (el “combo” que engloba la web, las redes sociales, las aplicaciones para dispositivos móviles y los juegos en línea) ofrecen una oportunidad única para que niños, niñas y adolescentes accedan a la información y puedan crear y distribuir su propio contenido, es decir, puedan desarrollar plenamente sus capacidades como seres humanos.
Sin embargo, como señala Unicef, el entorno digital es también caldo de cultivo de información sesgada o errónea (cuando no directamente falsedades y desinformación), estereotipos de género, discriminación, racismo, violencia, pornografía y discurso de odio.
Todo un “combo explosivo” del que los adultos no están exentos, por supuesto, pero sí -obviamente- en un segundo plano de atención por parte de los organismos de protección.
En este contexto, la familia (o los adultos a cargo de los menores) son clave para que cada niño o niña aprenda desde la primera infancia a utilizar las tecnologías digitales de forma responsable, respetuosa, crítica y creativa.
No se trata de restringir el acceso de los menores de edad a internet -lo cual los privaría de una valiosa herramienta para su desarrollo- sino de establecer un diálogo abierto y constructivo, educar sobre los riesgos potenciales que inevitablemente existen en ese entorno y, por supuesto, predicar con el ejemplo.
Con los avances casi diarios de la tecnología, no existen recetas mágicas. Conviene preguntarse sistemáticamente qué tan preparados estamos para navegar seguros por internet, qué tanto lo están nuestros menores… y actuar en consecuencia.