Mientras llegaban los restos del cuerpo hallado incinerado en Wanda días atrás a la localidad de Puerto Esperanza, comenzaron a circular publicaciones en redes sociales en las cuales familiares y allegados a Ariel Peña le daban el último adiós.
La información policial y judicial oficial, solamente confirmó que el cadáver encontrado tenía tres impactos compatibles con arma de fuego calibre 38 milímetros, pero hasta tanto no se realicen las pruebas de ADN no se puede afirmar que sea de Antonio Ariel Peña.
Fuentes consultadas por este Diario, sin embargo, dijeron que hay un dato clave en la cuestión y es que el cuerpo tenía aún una pulsera que fue reconocida por un familiar como la que usaba el fletero.
Los restos que se encontraron días atrás en Wanda fueron sepultados ayer en Puerto Esperanza.
Algunos familiares optaron por ser cautos y esperar a que confirmen oficialmente si es o no Peña, pero habría unos cuantos que ya se resignaron y sienten que el hombre de 32 años fue ejecutado a balazos y luego incinerado junto con la camioneta en la que había desaparecido el 28 de diciembre del año pasado.
La ceremonia fue muy breve según comentarios a este medio y no participaron llamativamente efectivos de la policía. Poco antes del mediodía los familiares y amigos del joven se autoconvocaron en el barrio Alegre y desde allí partieron al cementerio municipal de Esperanza en horarios de la siesta.
Cabe recordar y tal cual publicó PRIMERA EDICIÓN, el viernes se confirmó mediante la autopsia que el cuerpo tenía tres impactos de bala en la cabeza y sería ese el causal de muerte. Una lesión en la parte central del cráneo de un proyectil 38 milímetros. En el lugar donde hallaron el cadáver y la camioneta Chevrolet S10 totalmente incinerados, encontraron un casquillo.
El hallazgo se produjo el miércoles en una zona de extensa vegetación cerca de un pinar a la vera de la ruta provincial 19, específicamente a la altura del kilómetro 13 en Wanda. Inmediatamente arribaron efectivos policiales de la Unidad Regional V y tras las primeras revisiones, confirmaron que se trataba de la camioneta con chapa patente paraguaya en la que se había ido Ariel Peña el 28 de diciembre del año pasado, supuestamente a hacer un trabajo o algo “rápido” ya que sus palabras fueron “voy a hacer algo, vuelvo y te busco”. La destinataria a esas palabras fue su pareja, una joven de 28 años quien lo vio por última vez aquel día.
Circularon posteriormente versiones de que durante la búsqueda lo vieron en otro pueblo pero nunca la policía pudo confirmar y tras 27 días de búsqueda, al menos de manera oficial, informó solamente como novedades el hallazgo del vehículo quemado y el cuerpo a pocos metros en la zona antes mencionada en la zona norte.
Desaparición y misterio
Antonio Ariel Peña (32) desapareció el 28 de diciembre y ninguno de sus familiares le encontró explicación. Aseguraron en más de una oportunidad que no le conocían problemas o inconvenientes con nadie y pese a que buscaron, incluso por su cuenta, fue como si se lo hubiera tragado la tierra.
Algunos perdieron la esperanza y se hacen la idea de que el hombre hallado muerto es él pero por lo pronto la Justicia no confirmó la identidad, no hasta tener las pruebas de ADN.