El comercio misionero vive horas de suma expectativa luego de los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, del pasado martes. Con varios municipios con frontera, como ser Puerto Iguazú, Bernardo de Irigoyen, San Javier y hasta el propio Posadas, la depreciación del peso argentino y la suba de precios de los productos es observado en ambos lados de las fronteras.
Las asimetrías, generadas por una alta inflación (acrecentada ahora con los nuevos ajustes previstos por el Ejecutivo nacional), sumado a una divisa poco competitiva y un mercado fronterizo sumamente activo, ponen en alerta a las diferentes cámaras de Misiones, que evalúan cómo reaccionará el sector los próximos meses.
Por esto motivo, las entidades empezaron a reunirse para evaluar cómo impactará la devaluación en el comercio local, el consumo de los vecinos y de extranjeros que, a priori, aprovecharían la brecha cambiaria para hacer sus compras en las localidades misioneras.
“Es un tema espinoso y la verdad estamos consensuando. Son medidas necesarias pero que afectarán mucho al consumo. Opinión personal”, expresó Jorge Lindheimer de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas, a PRIMERA EDICIÓN.
La devaluación del peso “aventajó”, en los últimos años a los compradores de Brasil y Paraguay que visitaban la provincia, tanto para comprar alimentos, bebidas, como así también combustibles. Sin embargo, estas políticas de ajuste significaron, además de pérdida del valor nominal de la moneda argentina, una fuerte inflación en los precios de los productos de consumo.
Panorama incierto
Gran parte de la frontera misionera es con Brasil, por lo que los municipios lindantes al país carioca mantienen una relación comercial transnacional fuerte.
“Para los brasileños sigue siendo un negocio redondo, venir a comprar a Argentina. Nosotros como comerciantes estábamos muy preocupados por el tema del consumo local. Sí bien, mueven una gran parte del mercado los brasileños, no podemos olvidarnos de nuestra gente y que ellos son los que siempre están. Situaciones buenas, situaciones malas, no nos podemos olvidar de nuestros clientes locales”, indicó el presidente de la Cámara de Comercio de San Javier, Adrián Iasinski en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 7 Somos Misiones de Flow.
Sin embargo, Iasinski indicó que esta “ventaja”, la aprovechan más los comercios del rubro alimentos y artículos de limpieza, mientras que hay otros que padecerán más la inflación.
“El tema de la construcción y por ahí teniendo en cuenta que ahora llegan los meses de verano y por ahí las familias ahorran para irse de vacaciones, salir unos días, va a ser un rubro yo creo que va a ser bastante golpeado”, manifestó.
Por su parte, Walter Feldman, el presidente de la Cámara de Comercio de Bernardo de Irigoyen, municipio con un fuerte intercambio comercial con Brasil, indicó que, a pesar de la fuerte devaluación que “abarataría” los productos de las góndolas misioneras, la demanda bajará de igual manera.
“Yo creo que ahora va a haber una baja importante de demanda, porque, obviamente los brasileros no están acostumbrados a un cambio tan drástico, así como el que pasamos nosotros. Yo creo que dentro de todo nosotros estamos acostumbrados. Sabíamos que lo teníamos que esperar y que iba a haber un momento en el que iba a llegar, pero también te agarra como una sorpresa que suban tanto las cosas así”, afirmó.
Por eso, afirma, para los compradores brasileros generará un “parate” que ocasionará “una frenada” de toda la invasión de compradores que tenían, hasta estos días.
“Más allá de que por ahí el real valga un poquito más allá, me parece que, como es tanta la devaluación, no equipara. Lo que decíamos, que siempre acá aumentaban (los precios) el 8, 10% el real subía dos o tres puntos”.
Combustibles
El incremento abrupto de combustibles también marcó una disparidad de posiciones entre brasileros y paraguayos. Mientras que, con el aumento de esta semana, el litro de la nafta sale casi lo mismo en Argentina que en Paraguay, respecto a Brasil, continúa siendo un buen negocio, al menos para los que residan más cerca de la frontera.
“El combustible, dentro de todo, por ahí les va a convenir (a los brasileros) todavía. Estamos hablando de un precio que le va a quedar prácticamente un real más barato, o sea que estamos hablando de $180, $200 (de diferencia) el litro. Obviamente va a reducir demanda. Cuando le conviene a $400 el litro viene gente de más lejos, ahora cuando son $200 nada más, viene gente más cercana, que todavía saca los cálculos y le rinde”, afirmó Feldman.
Asimismo, esta diferencia mínima bajaría el contrabando de combustibles y las largas filas que se generaban en ciudades como Puerto Iguazú y, por consecuencia, también el problema de desabastecimiento de hidrocarburos, una problemática recurrente en estos municipios.
A pesar de las perspectivas cruzadas, desde las cámaras coinciden en que es prematuro sacar conclusiones, aunque el panorama no es alentador y, entienden, que serán unos meses duros de atravesar. “Si bien diciembre es un mes próspero para los comerciantes, van a venir meses duros”, finalizó Iasinski.
Medidas a tomar para cuidar al comprador local
“Yo creo que tanto como empresarios y como consumidores, no debemos perder la cabeza en estos momentos, tratar de ser lo más racional posible y no exagerarnos con la suba de los precios”, expresó Adrián Iasinski en diálogo con este matutino.
La mayoría de las cámaras ya empezaron a diagramar acciones para afrontar lo que se viene y cuidar, tanto a vendedores, como compradores.
“Nuestro trabajo y para lo que estamos es para ganar plata, pero también pensar en el consumidor y no subir por mera de especulación”, indicó, invitando expresamente a sus colegas de toda la provincia, a que reflexionen sobre eso.
“Nosotros tratamos de, lo que estuvimos hablando con los demás colegas (…) tratar de actualizar los precios lo máximo posible, que no lleguemos a un desfasaje y que perdamos plata, pero tampoco pasarnos”, agregó.
En esa misma línea de llamado a “la cordura”, Walter Feldman indicó que, desde la entidad que dirigen, buscarán transmitir a sus representados tranquilidad para que no cancelen ventas o cierren sus negocios por especulación.
“Creo que hay que aplicarle un poco arriba del porcentaje, pero ese cierre y decir ‘no, no vamos a vender’ o ‘estamos cerrados’ porque hay quilombo en Argentina es lo que no hay transmitir”, apuntó.
Esto lo dijo en referencia a comercios que durante la tarde, apenas cerró el dólar paralelo, cerraron sus puertas o se negaban a vender.
La conclusión que llegamos es que, tanto proveedores y distribuidores, nadie quiere pasarse con los precios tampoco. Hablo de firmas nacionales, tuvieron aumentos del 10, 15% y también otras que llegaron al 50, 80%. No hay un parámetro fijo, porque nadie puede tomar un precio, nadie quiere pedir mucho, porque no puede vender, medio oferta y demanda; no quieren pedir mucho, porque no puede vender, no se quieren pasar, pero nadie quiere perder plata tampoco”, apuntó Iasinski.