El profesor de danzas urbanas denunciado por una joven de 18 años y exalumna de haber acosado en su academia y de haber insistido con sus presuntas intenciones contra la integridad a través de medios digitales, como redes sociales y mensajería de celular, declaró ayer en indagatoria ante el juez Juan Manuel Monte y negó los hechos mencionados por la víctima, aunque admitió que la conoce y que fue su alumna pero no le envió ningún mensaje.
Una vez notificados tanto el detenido como su abogado defensor del sumario preventivo (202/23) de la Comisaría de la Mujer Centro de la UR-I y Dirección Cibercrimen con los hechos detallados, se le informó que continuará detenido mientras se tramita su pedido de excarcelación.
El planteo para morigerar su detención resta remitirse para el estudio y opinión del fiscal Christian Antúnez Nerenberg.
Una excarcelación bajo caución real o juratoria, según fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, será analizada al detalle por el riesgo de fuga por la zona de frontera y porque aún restan incorporarse pruebas y testimonios al expediente, por lo que la posibilidad de interferir en los testigos es alta.
El caso, tal como lo publicó en exclusiva este Diario el domingo 29 de octubre y que conmocionó a la opinión pública e incluso impulsó su desplazamiento del cargo como funcionario público que ocupaba en la Escuela Provincial de Danzas de Misiones, se inició con la denuncia de la víctima, estudiante universitaria de 18 años, quien dos días antes se presentó ante las autoridades policiales y radicó la denuncia sobre los actos que sufrió desde 2021 cuando aún era una adolescente de 16 años.
La misma denunciante, una semana después amplió su denuncia y aportó archivos digitales y testigos, entre ellos, a un directivo del colegio secundario al que asistía y que en 2021 y 2022 la acompañó con asesoramiento y contención cuando pidió ayuda ante los hechos de acoso que se encuadrarían en grooming y los maltratos y actos que podrían investigarse como delitos contra la integridad sexual.
Pero también sumó datos para contactar a otra posible víctima. En este caso se trataría de hechos de 2019 pero que coinciden en que la involucrada era menor de edad y que fueron cometidos bajo la hegemonía que ejercía como instructor de danzas urbanas, dentro del espacio físico de su academia.