La joven que el viernes 27 de octubre denunció en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional I, a un profesor de danzas urbanas y funcionario del Estado provincial, por maltrato, acoso virtual y directo y posibles episodios de abuso sexual, amplió ayer su acusación y se sumarían más testigos y evidencia que comprometerían al señalado.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, ante integrantes de la Dirección Cibercrimen de la Policía de Misiones, la víctima de 18 años sumó archivos digitales y testigos, entre ellos, a un directivo del colegio privado secundario al que asistía y que en 2021 y 2022 la acompañó con asesoramiento y contención cuando decidió pedir ayuda ante los hechos de acoso que se encuadrarían en grooming y los maltratos y actos que podrían investigarse como delitos contra la integridad sexual.
Ayer por la tarde, la joven también aportó datos para contactar a otra posible víctima del mismo profesor de 43 años. En este caso se trataría de actos cometidos en 2019 pero que coinciden en que también la involucrada era menor de edad, tenía 16 años, y que fueron cometidos bajo la hegemonía que ejercía como instructor o profesor de danzas urbanas y dentro del espacio físico de su academia particular.
Excompañeras de colegio de la denunciante, también se sumaron a la lista de testigos que acreditarían momentos, tiempos, lugar y circunstancias de lo que padeció durante poco más de dos años.
Despedido
Entre las repercusiones que generó el caso y la trascendencia luego de la publicación exclusiva de este Diario el domingo pasado, el jueves por la tarde el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, firmó el desplazamiento del profesor de danzas del ámbito del Ministerio de Cultura, en el que se desempeñaba como presidente del Instituto Provincial de Danzas, creado en marzo de 2022.
Hace pocas horas, la joven relató a este medio que el profesor “a principio de 2021 comenzó con los mensajes pero con mensajes como que me quería ver crecer y brillar en el baile. Lo más raro comenzó en mayo de 2022 cuando vino un profesor de otro país a dar clases en la academia y yo no podía ir. Entonces le consulté si no había otra posibilidad de tomar la clase y ahí me dijo que sí, pero era de manera particular con este profesor solo y acepté. No hubo problemas pero él (denunciado) se puso celoso y comenzó a pedirme que tomara clases sola con él y ahí me di cuenta de todo”.
“Me sentía muy incómoda pero no lo ignoraba, sonreía, y como no quería dejar esa academia porque era de las más conocidas y él era el único profe, yo trataba de que pasara de largo, preferí no decir nada aunque ya sabía de otras chicas a las que les hacía lo mismo y si le ponían freno comenzaban el maltrato, los retos por como bailaban”.
“Lo peor fue el año pasado con los pedidos de clases particulares en su casa. Yo no quería pero también pensaba que a lo mejor me lo pedía como profesor nada más. Sola trataba de convencerme que no me lo pedía con doble sentido u otra finalidad, pero comencé a darme cuenta que era otra la intención a la 1 de la madrugada con mensajes insistentes de ‘dale vení, vení a mi casa’”.