Las condiciones macroeconómicas internas invitan a residentes de países vecinos a buscar los convenientes precios en las localidades fronterizas misioneras.
Por ende, la intensificación del tráfico fronterizo pone a pruebas a los pasos habilitados que, a la luz de las evidencias, lejos están de poder manejar estas dinámicas. La burocracia devenida de la desactualización de los sistemas y las estructuras terminan por generar congestionamientos mayúsculos y la pérdida de oportunidades para el comercio que bien podría hacerse de una mayor liquidez.
Paralelamente se genera un apéndice irregular ya que muchos prefieren utilizar pasos clandestinos antes que esperar durante horas para hacerlo por las vías legales.
Atender estos aspectos que ya son históricos redundaría en beneficios para el comercio en particular con efectos expansivos para la sociedad en general.