Más allá de la discusión de fondo sobre el rumbo que tomará el país a partir de lo que suceda en la segunda y definitiva vuelta, las recientes elecciones reconfiguraron el mapa político y también el del Congreso argentino.
Ocurre que, con la dispersión de votos que supuso la elección de tercios y la trastienda de pases de dirigentes del PRO a La Libertad Avanza, se está produciendo una atomización de fuerzas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
En la primera habrá un escenario fuertemente dividido, sin que ninguno de los interbloques vaya a ser mayoritario. En la Cámara alta, en tanto, habrá dos minorías importantes, pero lejanas al quórum propio, y una tercera minoría muy inferior.
Con todo, será crucial esperar la definición de JxC tras el quiebre generado por Macri y Bullrich para saber a ciencia cierta cuál será el nuevo mapa legislativo y las posibilidades de negociación para resolver los nuevos/viejos problemas del país.