En su afán por sobrevivir a todo y a todos, Mauricio Macri pasó de liderar su propia coalición, a tomar por asalto otra que parece ajustarse mejor a su pensamiento.
Valió todo para lograrlo, incluso conducir a una derrota fenomenal primero a su (¿ex?) socio y jefe de la Ciudad de Buenos Aires; luego a la candidata a la presidencia del frente y, finalmente, hacer implosionar el PRO dejando a la deriva a Juntos por el Cambio, alianza a la que incluso sus propios sobrevivientes ya no le ven mucho sentido.
A la luz de las evidencias, Macri desnudó sus convicciones y probó que está dispuesto a no dejar crecer nada bajo su sombra. Y al final de todo, cuando el Macri horror show comienza a sentirse obsceno, aparece el ya ultrausufructuado “me lo pidió Antonia”.