Esta mañana inauguraron “La Casita de San Miguel”, un espacio de reinserción que funciona dentro del predio del Hospital Ramón Carrillo como acogida temporal para quienes quieran dejar atrás su adicción.
“No es un hospital, no es una clínica de rehabilitación (…) es una casa donde los pibes encuentran una nueva oportunidad, vuelven a soñar, a reencontrarse con su vida, con la revinculación afectiva con sus familiares” afirmó en diálogo con el programa El Aire de las Misiones que se emite por FM 89.3 Santa María de las Misiones el sacerdote Daniel Pesce, administrador del Hogar de Cristo.
Pesce indicó que la finalidad de “La Casita de San Miguel” es que los chicos vuelvan a creen en sí mismo, puedan reinsertarse a la sociedad. Para lograr esto por ejemplo trabajan con un núcleo del SIPTED para que los jóvenes que no hayan terminado su secundaria puedan hacerlo a distancia.
“En cuanto a los talleres vamos a trabajar el tema de huerta orgánica familiar, también la fabricación de losetas ornamentales (…) y también el taller de panadería. Con esto iniciaríamos la primera etapa, vamos a ver la funcionalidad de los mismos y luego la posibilidad de aplicar nuevos talleres”.
Para hacer realidad esta “Casita de San Miguel” la solidaridad de la gente fue clave. Personas de todas las edades se sumaron para colaborar con lo que estaba a su alcance, mujeres de la comunidad que si bien no sufren la problemática de las adicciones en su entorno, decidieron sumarse y ayudar en la cocina, acompañar a los 10 chicos que viven en la Casita.
“Los pibes que ya son parte del hogar se encargaron de toda la refacción. De la parte eléctrica y de plomería se encargaron profesionales que donaron su tiempo y su trabajo. Básicamente si bien hubo algunos gastos, todo salió del corazón y buena disposición de los que quisieron y apostaron a este proyecto”.
Quienes quieran colaborar con la Casita San Miguel pueden hacerlo en el centro barrial ubicado frente la parroquia San Benito Abad (calle 135 y avenida Andresito)y también pueden contactarse al 3764-105034.
“No es un centro de reclusión; no es una cárcel. Acá llegan por su propia voluntad y se quedan cuanto tiempo desean. Claro que nosotros les aconsejamos permanecer el tiempo necesario para recuperar la vida”, señaló el sacerdote, agregando que la recuperación de un adicto es lenta, puede haber recaídas, es decir, no se soluciona en 15 días.
“Creo que el 100% lo hace Dios y lo hace el pibe, nosotros estamos para acompañar (…) tenemos el edificio y hemos logrado dar un paso , pero la gran obra es cuando podamos ver que estos pibes formen su familia, que vuelvan a soñar, que vuelvan a estudiar. Ahí sí vamos a sentirnos contentos y plenos de todo el proyecto”, expresó Pesce.