En el Mes de las Infancias visitamos a Silvia Moreno quien está al frente del Hospital de Juguetes de Posadas. Desde la organización, se encuentran en plena campaña para recolectar juguetes usados y donados, con el fin de reacondicionarlos y que otros niños puedan disfrutar de ellos.
Hace ya muchos años que Silvia encaró este proyecto y nunca esperó tener esta repercusión. Hoy hace llegar a niños de toda la provincia, incluidos hospitales, hogares y comunidades mbya guaraní, entre otros. Este es un trabajo que dura todo el año y tanto como en el Mes de las Infancias, Navidad, Reyes y tantos otros días festivos, el Hospital de Juguetes se encarga de aportar su granito de felicidad a los niños misioneros.
En las últimas semanas, han entregado juguetes refaccionados a “más o menos 60 merenderos, andamos en ese número y lo que nos queda son los grandes, los que llevan muchos muchos juguetes que nos quedan ahora para esta y la semana que viene”, contó Silvia en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Antes de la pandemia, hemos llegado a entregar 10.000 bolsas de juguetes. Después de la pandemia bajó el primer año a 6.000 y el siguiente fueron 7.000”, agregó.
Desde el Hospital de juguetes afirman que son bienvenidos todos los que quieran colaborar con esta noble causa. “Encantadísimos de que nos traigan los juguetes que los chicos ya no usan porque se rompieron, porque ya crecieron y no los quieren más, en más o menos mal estado y uno los puede reciclar”.
Silvia definió en una frase la tarea de la organización: “lo nuestro es reciclaje, es conversión y es entrega sin ningún reclamo de nada”, expuso.
Contó además que se trata de un trabajo arduo que dura casi todo el año donde tampoco existen los feriados y fines de semanas. “Trabajamos de febrero a diciembre. Ahora hacemos el Día del Niño, después nos queda Navidad, Reyes, pero la demanda ya es mucho menor porque no damos a basto”.
“Somos pocos voluntarios, entonces cuando podemos tratamos de hacer alguna campaña que tenga una llegada más social a través de las redes como para poder juntar más juguetes”, añadió.
Silvia detalló que este no es un trabajo fácil, conlleva mucho tiempo porque los diferentes juguetes tienen detalles o formas particulares y a la hora de reciclar o refaccionarios, deben encontrar piezas similares, que encajen, sean del mismo tamaño, color, u otras características.
“Se trata de poner en condiciones un juguete sea de la forma original o cambiada y entregárselo a las instituciones que están en contacto con los chicos, los merenderos, los comedores, los hospitales, los hogares convivenciales”, comentó.
Por último, dejó en claro que la organización no busca reconocimiento sino que busca hacer de intermediaria con los entes u otros grupos que necesiten de estos juguetes. “Arreglamos y se los damos para que ellos entreguen, lo nuestro no es andar haciendo bandera de lo que entregamos sino trabajar para que los chicos tengan juguetes nada más”.