El 14 de abril de 1912, el Titanic se hundió en las aguas del Océano Atlántico. Y 85 años más tarde, James Cameron, que hizo historia y llegó al punto más profundo del planeta (más lejos incluso que el ‘Titanic’), convirtió la tragedia en una de las películas más taquilleras, galardonadas e impactantes de la historia del cine. Ahora, 25 años después de su estreno, ‘Titanic’ vuelve a estar en boca de todos tras la desaparición y posterior implosión del submarino Titán cuando iba en busca de los restos del icónico transatlántico.
‘Titanic’, estrenada en 1997, fue todo un fenómeno gracias a sus increíbles efectos especiales en la época, sus geniales interpretaciones protagonistas (unos jóvenes Kate Winslet y Leonardo DiCaprio, lanzados al estrellato) y un romance épico made in Hollywood que, al ritmo de ‘My Heart Will Go On’ de Céline Dion, tuvo a medio mundo sollozando en la sala de cine. ¿Una de las mejores películas de los años 90? Sin duda.
¿Cuánto de lo que vemos corresponde a la realidad y cuánto hay de licencias creativas?
Lo básico imaginamos ya lo sabéis: sí, claro que un transatlántico bautizado como Titanic se hundió, provocando la muerte de 1500 personas y dejando grabado un acontecimiento para la Historia. Pero hay muchos más detalles que analizar en ese traslado del suceso real a la película de ficción.
Repasamos qué es real y qué no en ‘Titanic’, una de las mejores películas de amor de todos los tiempos, desde sus personajes hasta sus imágenes más icónicas.
Rose y Jack nunca existieron
Por desgracia, la increíble historia de amor entre Rose y Jack no ocurrió de verdad, ni sus personajes existieron realmente. Fue todo una invención para crear el centro romántico de ‘Titanic’, pero mucho se ha especulado sobre qué hubo detrás de su creación. Por ejemplo, había un pasajero que figuraba en las listas como J. Dawson, lo que hizo pensar a muchos que Jack Dawson, el personaje de DiCaprio, era real. Pero esa ‘J’ correspondía a ‘Joseph’, y su historia era completamente diferente.
En cuanto a Rose, la inspiración declarada por James Cameron para crear al personaje no tiene nada que ver con el barco, sino con la artista Beatrice Wood. El director estaba leyendo su autobiografía durante el desarrollo de la producción de la película, y acabó por plasmar aspectos como el amor de la mujer por el arte o su familia adinerada.
Ahora bien, que los protagonista no existiesen no quiere decir que todo el reparto fuese una invención de Cameron. Uno de los mejores personajes, Margaret ‘Molly’ Brown (Kathy Bates), sí fue una pasajera de primera clase del Titanic, así como el arquitecto de la embarcación Thomas Andrews (Victor Garber), el director de la línea de cruceros Bruce Ismay (Jonathan Hyde) y el capitán Edward John Smith (Bernard Hill).
Sí, los planos bajo del agua eran reales
En efecto, la mayoría de las tomas submarinas en las que vemos los restos del Titanic son reales. En 1995, durante la preparación de la película, James Cameron contrató la embarcación rusa ‘Akademik Mstislav Keldysh’ y sus dos sumergibles. El director estaba dispuesto a llegar lo más lejos posible con su investigación, así que hizo un total de doce inmersiones con el objetivo de rodar las imágenes del barco hundido en el fondo del norte del Océano Atlántico. El resultado, como sabemos, fue espectacular, y luego se combinaron con las escenas de los actores reaccionando a los descubrimientos.
No fue fácil llegar tan lejos: se diseñaron cámaras y carcasas especiales para resistir la presión de agua, pero con ellas solo se podían rodar doce minutos de metraje allí abajo, a pesar de que cada inmersión duró aproximadamente quince horas. Por eso, aunque sí vemos los restos reales del Titanic, no todos lo son.
¿De verdad se estrelló porque el director de la empresa le pidió que fuese más rápido?
No hay una respuesta clara, ya que, tras el desastre, hubo muchas teorías, declaraciones y acusaciones. En la investigación que se llevó a cabo en el Senado de los Estados Unidos, el director de White Star Line, Bruce Ismay (interpretado en la película por Jonathan Hyde) aseguró que la embarcación nunca llegó a ir al máximo de su potencia, que nunca superó las 75 revoluciones, con un máximo de 78. Muy lejos tampoco estaba, desde luego, pero lo que enmarañó el caso fueron las distintas declaraciones de los testigos e implicados.
Los supervivientes entre los pasajeros aseguraron haber escuchado a Ismay presionando al Capitán Edward Smith para que fuese más rápido, como lo vemos en el filme de Cameron: la reputación de la embarcación podía mejorar si superaban las expectativas que se tenían sobre ella. Sin embargo, los oficiales del barco rechazaron esta versión de los hechos y tacharon las declaraciones de los pasajeros como “poco fiables”. Pero quizás así es como deberían calificarse las suyas, dado que podrían estar protegiendo la imagen de la empresa para la que trabajaban. Nunca lo sabremos.
El cuarteto de cuerda sí tocó mientras se hundía el barco
Parecía el gesto más dramático que Hollywood podía inventar: mientras el Titanic está hundiéndose en el océano, con centenares de personas intentando salvar y corriendo de aquí para allá en la cubierta, un cuarteto de cuerda, que amenizaba las veladas nocturnas en las veladas de lujo, se pone a tocar. ¿La música amansa a las fieras? ¿Y a los naufragios, qué?
Sorprendentemente, este detalle de la película es completamente real: el violinista Wallace Henry Hartley, líder de la banda de música en el Titanic, decidió ponerse a tocar música clásica para darle más dramatismo al momento. Supervivientes del suceso recordaron que tocó ‘Alexander’s Ragtime Band’ y ‘In the shadows’, entre otros temas. Tanto él como el resto de sus compañeros murió ese día.
Sí, una pareja de ancianos decidió hundirse con el barco
Una de las imágenes más desgarradoras e icónicas de ‘Titanic’ es la de dos ancianos abrazados en la cama mientras ven cómo el agua invade su camarote. Preparándose para la muerte, pero juntos. Uno de los mejores momentos del filme está basado en la historia real de Isador e Ida Straus, una pareja de pasajeros de primera clase que decidieron quedarse en el barco mientras se hundía y que, además de aparecer en la película de James Cameron, tienen un vínculo familiar que los une al piloto del submarino desaparecido: su mujer es la tataranieta de esta famosa pareja de pasajeros que falleció en el hundimiento del Titanic, aquella noche entre el 14 y el 15 de abril de 1912.
Según contaron los testigos que sobrevivieron, la pareja tenía que separarse en los botes salvavidas (las mujeres y niños primero, ya saben), pero se negaron. Cuentan que Isador no quería subirse en ningún bote mientras hubiesen mujeres a bordo, e Isa no pensaba irse sin su marido. “Hemos estado viviendo juntos durante muchos años. Donde tú vayas, yo voy”, son las palabras que pusieron en su boca más tarde, aunque quién sabe si fueron una invención para darle dramatismo al asunto. Cuentan, también, que se quedaron sentados en un par de tumbonas, y no acostados en la cama de su camarote como en la película. Aun así, una imagen para el recuerdo.
¿Podría haberse subido a la tabla Jack o no?
Primero: Jack no era real… Segundo: dejaremos que cada uno llegue a su propia conclusión en cuando a la pregunta que ya tiene 25 años
Fuente: Medios digitales