La enfermera Rosa Williams trabaja en Posadas de manera particular y también dando charlas a mujeres en un barrio carenciado de la capital provincial. Esta labor la realiza desde hace más de tres décadas y ahora fue reconocida con el premio Marta Schwartz, que recibirá la semana que viene en un acto muy especial que se llevará a cabo en el Parque del Conocimiento de Posadas.
El objetivo de esta entrega es reconocer al personal sanitario de la tierra colorada en distintos ámbitos.
¿Cómo es un día laboral y familiar de Marta?
Arranco muy temprano, tengo pacientes a la mañana -son abuelos-, puesto que soy enfermera particular. Al mediodía llego a mi casa, cocino y atiendo a mi familia, a mi hija que tiene síndrome de down, tiene 36 años y requiere mucha atención. Luego a las 16 regreso a trabajar hasta las 22, así que es largo mi día”; así comenzó el relato de Rosa en la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
¿Cómo surgió eso de dar charlas para las mujeres, en un barrio de Posadas?
Hace unos años una amiga me invitó a un merendero para que la ayudara, ya que íbamos a celebrar el Día del Niño y me encantó el lugar y el trabajo que llevaban adelante las mujeres; cómo trabajaban. Allí se enseña carpintería, panadería, textil, huerta, les enseñan a salir adelante a través de distintas labores. Entonces yo aporté lo que sé del ámbito de la enfermería. Así, me dijeron para hacer un taller de Salud y Primeros Auxilios y acepté. Fui a dar la primera charla y me encontré con una gran cantidad de mujeres, de todas las edades, y con ganas de aprender. El barrio Los Lapachitos; y la Agrupación es ‘Mujeres Valientes Evita’, ahí es el lugar donde yo doy mis clases cada 15 días. Arrancamos con temas de presión, infartos, y otros.
¿Porqué elegiste enfermería, esta profesión en sí?
Porque me encanta. Quise estudiar medicina, pero no se me dio, ya que mis padres eran humildes, por lo cual me incliné a ser enfermera. En mi casa no había ningún referente en el ámbito de la medicina; pero ahora sí. Mi hermana y mi cuñado son enfermeros; y ahora tengo dos sobrinas que están estudiando medicina en Corrientes y un sobrino que está por recibirse de médico; así que toda la familia ahora está relacionada en el plano de la salud”.
¿Qué pasó por tu cabeza al enterarte que ibas a recibir este premio?
Fue una tremenda emoción, nunca pensé en recibir un premio así; y a la primera que le conté es a mi hija de 32 años que es abogada y me dijo muy contenta ‘que orgullosa que estoy de vos mamá’. Además, en plena pandemia decidí seguir estudiando; y así estudié y me recibí de extraccionista nacional.
¿Si hubieras sido médica, que rama te gustaría haber ejercido?
Era un sueño ser médica; pero no pudo ser. Pero en caso de ser médica hubiera sido pediatra, a pesar que hoy me encantan los abuelos, o sea gerontología. Igual, me encanta atender a los niños.
¿Qué haces cuando fallece un paciente?
Me pongo a llorar. Lloro, me descargo. Me duele mucho perder a alguien. En diciembre perdí a una abuela; con decirte que estaba más tiempo con ella que con mi mamá que aún está viva; ella me decía que era su hija; y aún hoy la tengo muy presente.
¿Quién escucha tus problemas y cosas no tan gratas que te pasan en el trabajo?
Mi marido es el que escucha todos mis dramas, problemas y lamentos. Héctor es mi marido. Era comerciante, ahora ya es jubilado y en agosto estamos por cumplir 38 años que estamos juntos. Me conoció así ya, siendo enfermera y me aguanta todo. Mi marido siempre me dice: ‘los doctores entran a su casa se sacan la chaqueta y dejan el trabajo afuera, vos no. Entras y seguís con tu chaqueta puesta. Te llaman a las 11 a las 12 y seguís pendiente de tu trabajo y tus pacientes’. Pero me encanta mi profesión, realmente yo creo que nací para ser enfermera.
¿Cómo te hacés un tiempo para dar clases a las mujeres del barrio Los Lapachitos?
Me gusta enseñarles, ir y estar con las chicas. Tengo una compañera licenciada en psicología: “Mili”, ella también se enganchó; y las mujeres están muy enganchadas con nosotras y lo más lindo es que ponen mucha atención y ganas de aprender. Le llevo carteles, fotocopias, un cuadernillo, para que ellas tengan una guía.
¿El tema de la educación sexual también se hace presente en este taller?
Sí, las madres quieren saber. Preguntan, más que nada para aconsejarles a sus hijos. El tema de los anticonceptivos, de las enfermedades de transmisión sexual, el tema del VIH, los perjuicios sexuales, hasta del preservativo, que todavía son difíciles de dejar de lado.
¿Por qué deberías hacer o elegir la carrera de enfermería?
Es una carrera muy linda la de enfermería. Pero, primero que nada hay que tener vocación; si uno no tiene vocación puede saber lo teórico, pero en la práctica no te va a servir. Lo bravo es lo práctico, en teoría podes sacar 10; pero cuando llegás a la práctica te encontrás con otra cosa muy distinta a lo que te enseñaron en el papel. La vocación es indispensable.