Un operativo llevado a cabo por Gendarmería Nacional en la vecina provincia de Corrientes encendió las alarmas en las fuerzas de seguridad de Misiones. Fue tras la incautación de cuatro automóviles robados en Buenos Aires y que tenían como destino el norte misionero.
Los vehículos que venían en “caravana” fueron secuestrados y los conductores demorados, comenzando una investigación para tratar de determinar cual iba a ser el final de los rodados. No existen muchas alternativas, según las fuentes oficiales consultadas estos automóviles o iban a ser vendidos o canjeados con los traficantes de cigarrillos o desguazados para la venta de sus autopartes, o convertidos en “autos mellizos”.
De acuerdo al mapa delictivo que manejan las autoridades, uno de estos puntos neurálgicos es la localidad de San Vicente, donde cada par de años es noticia el allanamiento con detenidos de algún desarmadero ilegal o algún golpe a los falsificadores de documentaciones y patentes.
La posibilidad de que alguna banda emergió de entre sus cenizas o se rearmó para volver a estar activa está más latente que nunca.
Desde la Policía de Misiones se informó que son numerosos los rodados incautados con pedido de secuestro por robo en el gran Buenos Aires y Capital Federal y que además la investigación tiene su continuidad natural en los Juzgados de origen, y que no todas las causas o expedientes se cierran en nuestra provincia. Sin embargo, hubo casos que avanzaron en suelo misionero y fueron resonantes. Un ejemplo de ello es uno reciente en la Zona Centro.
Combo delictivo
A finales de febrero de este año efectivos de la Unidad Regional II detuvieron a un hombre de 35 años investigado por circular a bordo de un vehículo con documentación apócrifa y que además tenía pedido de secuestro por robo en Buenos Aires.
Tras unos días, descubrieron que sería líder de una red dedicada a la falsificación de patentes y documentos vehiculares. El caso aún se encuentra en fase investigativa. Lo realmente interesante surgió de los allanamientos en sus propiedades en la localidad de Guaraní.
Allí secuestraron material para la confección de documentaciones del automotor, 814.000 pesos en efectivo, una computadora, dos impresoras, tres notebooks, seis sellos de una escribanía de la zona y otros de organismos públicos. Se localizaron también 67 patentes originales y 63 falsificadas, siete celulares, ocho chips telefónicos, láminas de plastificar, blocks de papel fotográfico, cédulas de automotor, formularios de seguro en blanco, ejemplares de inscripciones del Registro del Automotor en blanco, pastas para grabado de cristal, formularios 02, 04, 08, 12 y 13 en blanco, licencias de conducir y documentos de identidad.
Según la investigación, iniciada un mes antes de los operativos, se trataría de una red encargada de confeccionar patentes y documentos para que automóviles robados en Buenos Aires, puedan ser puestos en el mercado en Misiones. Generalmente las ventas se concretan por redes sociales.
En esa causa había tres sospechosos tras las rejas. Esta célula delictiva formaría parte de un combo, que se completa con quienes roban y trasladan los vehículos y luego quienes se encargan de comercializarlos. En otros casos suelen ir a desguace o a manos de cigarrilleros que los queman tras utilizarlos para contrabandear.
Fuentes del caso no descartan que pueda tratarse de una red que se rearmó tras la pandemia y ahora se encuentra activa.
Venían en “caravana”
El procedimiento donde detectaron cuatro automóviles robados se llevó a cabo el pasado viernes durante un control vehicular sobre la ruta nacional 14, a la altura de la localidad de Tapebicuá, Corrientes.
Al detener la marcha de cuatro vehículos procedentes de la provincia de Buenos Aires los conductores manifestaron tener destino final el Norte de la provincia de Misiones. Durante la inspección, y en presencia de los testigos hábiles, a los funcionarios les llamó la atención que dentro de los habitáculos de los rodados, había butacas para bebé, delantales de niño de jardín de infantes y llantas de aleación deportiva en el asiento trasero, entre otros elementos. Estos eran indicios de que fueron recién “levantados”, incluso a personas que iban a buscar a sus hijos a las escuelas.
Luego los gendarmes detectaron un estado de nerviosismo y contradicciones entre los conductores, quienes no eran los titulares de los mismos y no contaban con la cédula de autorización de manejo, por lo que se procedió a solicitar antecedentes, arrojando como resultado “pedido de secuestro activo” respecto de los cuatro rodados.
El robo de autos y su venta es un circuito difícil de romper porque es negocio de muchas organizaciones, explicaron las fuentes. Incluso algunos delincuentes hacen “un solo trabajo” y se desconectan de las bandas para no dejar pistas o rastros, agregaron los voceros.
Antes de la pandemia hubo numerosas gavillas “dedicadas al rubro” y que fueron desarticuladas. El interrogante ahora es si se reorganizaron.