En un marco de alegría y gran participación, la Diócesis de Posadas festejó este sábado la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi), bajo el lema “Hagan esto en memoria mía”. Como ya es tradicional, la misa se desarrolló en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez, tras lo cual se efectuó la procesión hasta la catedral San José donde se realizó la Bendición Solemne.
Miles de niños, acompañados por sus maestras y familiares, pertenecientes a escuelas católicas como así también a las diferentes parroquias que conforman la Diócesis de Posadas, le pusieron color y calor a la jornada del sábado que arrancó pasado las 14, con actividades que compartieron desde las gradas y que incluyeron cantos y coreografías a cargo de los animadores.
Ataviados con su indumentaria eclesiástica, los sacerdotes de las diferentes parroquias de la capital provincial acompañaron al obispo Juan Martínez en la celebración de la misa que fue seguida atentamente.
“Para nosotros los católicos es un momento muy especial del año, porque es una festividad donde rendimos un culto público y solemne de adoración, de gratitud y amor a la Eucaristía, que es la presencia viva de Cristo”, indicó a PRIMERA EDICIÓN Andrea Sosa, catequista que acompañó a sus alumnos de primera comunión a la misa.
Agregó que “el tiempo acompañó, estuvo nublado, para que podamos disfrutar de este día donde no es solamente la misa sino darle valor al compartir este momento con niños de otra edad, con las familias y unidos en la Eucaristía”.
Luego fue el momento de la procesión, donde los vecinos de Villa Sarita y del microcentro, saludaban persignándose, ante el paso de “Cristo vivo” rumbo a la Catedral. Las calles, en el trayecto realizado por los peregrinos, lucieron adornadas especialmente para la ocasión lo que le dio un brillo especial a la tarde.
Ya en la plaza 9 de Julio se sumó otro grupo de gente, principalmente de mayor edad, para ser parte de la Solemne Bendición.
“Es reafirmar nuestra fe en Cristo, de tenerlo presente en cada momento de nuestra vida y comulgar es fundamental para alimentar nuestra alma y así disfrutar e ir preparándonos para el encuentro con Dios. En nuestro caso venimos a Corpus Christi porque nos enseñaron siempre que es una celebración del pueblo, de que Jesús está en todos lados y en las calles también”, dijo José López, uno de los participantes de la celebración.