Con heridas que afortunadamente para ella no revistieron la gravedad necesaria para terminar con su vida pero con el mismo pánico que hace un mes atrás, una joven de 32 años continúa internada en el hospital central de la capital.
La causa, como anticipó PRIMERA EDICIÓN fue caratulada como “femicidio en grado de tentativa” seguido de “suicidio”.
Se supo que la víctima tiene al menos quince lesiones de arma blanca en diferentes partes del cuerpo, siendo las más graves en el cuello pero que afortunadamente no tocaron un órgano vital lo que le permitió tras su atención médica que actualmente se encuentre fuera de peligro.
La mujer oriunda de Paraguay había sido atacada de una manera similar el 24 de abril en la misma casa por su expareja, quien no aceptaba la ruptura de la relación.
Esa vez el hombre fue detenido y liberado días antes del último ataque, ocurrido el sábado, solo que esta vez se quitó la vida después, suponen los investigadores, porque pensó que había matado a la joven.
Las lesiones en la muchacha fueron corroboradas por un médico legista de la policía en coincidencia con profesionales del hospital Ramón Madariaga, en las piernas, en las manos, en el tórax y en el cuello. Signos que muestran que estaba vulnerable pese al intento de defensa que presumen dio, pero la diferencia física tornó literalmente imposible poder hacerlo.
El contexto de violencia extrema se conoció durante las últimas horas mediante contactos con fuentes vinculadas al caso. La joven contaba con botón antipánico tras el último ataque sufrido el 24 de abril. Esa vez fueron golpes de puños y amenazas con cuchillo, según confiaron investigadores consultados.
Pese a que la medida ordenada es ese momento por el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, fue inmediata y consistió en la detención de Ramón Nonato Dos Santos más la prohibición de acercamiento mutuo, tras tres semanas que estuvo el hombre detenido, volvieron a verse en ese domicilio del Pasaje 25 y calle Texo, supuestamente porque el hombre fue a pedirle si la mujer podía ayudarlo con la ropa sucia.
Una discusión, en el marco de un contexto que se desconoce, iba a decantar en otro ataque, pero esta vez mucho más grave ya que terminó con el hombre muerto y la mujer herida.
El juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte, dispuso al tomar conocimiento del hecho, el secuestro de dos teléfonos celulares que le pertenecen al fallecido y otro a la joven para pericias. Un familiar del sujeto se presentó en el hospital Madariaga y será citado a declarar en los próximos días para que pueda aportar detalles de la relación.