A fines de abril pasado, la Federación Argentina del Básquetbol Adaptado (FABA) anunció la convocatoria del jugador misionero de Luz y Fuerza, Lisandro Zarza (20), como integrante de la Selección Argentina de básquet adaptado que participará de los Juegos Juveniles Parapanamericanos, que se realizarán en Bogotá, Colombia, del 2 al 12 de junio del corriente año. Un sueño cumplido para “Licha”, como lo conocen todos. “Pienso en que voy a representar al país y se me eriza la piel”, dijo a EL DEPORTIVO.
Así, Lisandro se suma a Thiago Engler en powerlifting, Irina Benítez y Maxi López en atletismo y Miguel De Souza en fútbol, los misioneros que dirán presente en el Parapanamericano.
Lisandro debe presentarse el 26 de mayo a las 10 en el Cedima de La Matanza, provincia de Buenos Aires, para la concentración previa y el posterior viaje a tierras cafeteras. Pero ¿dónde comenzó toda esta historia?
Para Lisandro no es la primera convocatoria al equipo argentino. En 2019 jugó junto a Los Yaguaretés, su primer equipo, algunos partidos en Buenos Aires y varios entrenadores pusieron su nombre en carpeta.
Pero con la pandemia de coronavirus, durante 2020 y 2021, las convocatorias se hicieron esperar hasta que en enero de 2022 llegó el primer llamado a un preseleccionado juvenil. “Después de la primera convocatoria, me llamaron a la segunda y en abril de ese año me convocaron a la Selección Mayor. Yo no lo podía creer”, recordó Lisandro. “Cuando fui me encontré con jugadores que vinieron de Europa, era todo muy nuevo, muy rápido y me costó acostumbrarme a todo lo que me estaba pasando”, agregó.
Durante todo 2022, Lisandro viajó a Buenos Aires dos veces al mes: una para entrenar con el Sub 21; otra para practicar con la Mayor, hasta que se definieron los que viajarían al Mundial de Dubai, que se disputará del 16 al 27 de noviembre de este año y, por la edad, Lisandro no llegó a la lista.
Pero la camiseta argentina no se la sacó nadie: de los 35 juveniles que venían entrenando con miras a los Parapanamericanos, quedaron 12 y Lisandro es uno de ellos. Definido todo ésto, el 24 de abril llegó a Luz y Fuerza el aviso de la FABA: Lisandro se va a Colombia a jugar su primer torneo oficial con la celeste y blanca en el pecho.
“Es un orgullo enorme, no me entra la emoción en el cuerpo. Cada vez que pienso que voy a representar a mi país o a mi provincia, y también a mi familia, amigos y a todos los que estuvieron desde un comienzo… Cualquier persona que empieza un deporte sueña con ponerse la camiseta de la Selección”, dijo Lisandro sobre la convocatoria.
“Que se me dé la oportunidad después de tantos años que vengo luchando, esforzándome, haciendo de todo para que las cosas salgan como ahora, para mí es un orgullo enorme. Todavía no caí, cuando me hacen acordar que voy a viajar, o me dicen ‘vas a representar al país’ se me eriza la piel y me dan ganas de llorar”.
Y la sensación es que estaba todo destinado: “éramos 35 y quedamos 12 y cada uno tenía que elegir un número. Yo toda mi vida había sido el 8, ese es mi número en Luz y Fuerza, pero en la Selección me había tocado el 11 o el 12. Ahora me avisan que me tocó el 8. Voy a jugar con mi número, estaba todo escrito”, se emocionó Lisandro.
En cuanto al equipo argentino, el base señaló que “es similar a la Scaloneta”, ya que “es un grupo hermoso, no hay envidia, nadie se cree más que nadie, somos todos amigos”.
Es por eso que están confiados en que van a poder cumplir el objetivo que se pusieron para el certamen. “Queremos dejar a la Selección Argentina en lo más alto. Armar un buen equipo y tirar todos para el mismo lado para que las cosas salgan bien”, remarcó Lisandro.
El grupo se encontrará el 26 por la mañana, esa noche jugarán un test match ante Uruguay, luego seguirán concentrados hasta el viaje hacia Colombia. El 1 de junio tienen que estar allá listos para la competencia.
El 30 de mayo es el cumpleaños de Lisandro y lo pasará con sus amigos, rumbo a competir oficialmente con la Selección. “No sé dónde voy a estar el día de mi cumpleaños, si en la concentración, si en el avión, si en Colombia. Pero dónde sea que pase, voy a estar feliz”, aseguró.
Para “Licha”, todo esto que vive es una revancha personal y de la vida. A los 11 años le amputaron la pierna y así se terminó su sueño de jugar al fútbol, de llegar a la Selección. Hasta que a los 15 llegó el básquet a su vida y todo empezó a encaminarse.
“La vida me dio la revancha que tanto quise, no en el deporte que soñaba, pero me dio la posibilidad de representar al país en algo que también me gusta. Es como que la vida me llevó por otro lado, pero al mismo destino. Se cumplió lo que tanto soñé, que era representar a mi país”, dijo a EL DEPOR.
Pero el básquet es mucho más: “me abrió muchas puertas, tanto en lo personal como lo grupal. Tengo a algunos de mis mejores amigos, entré en un nuevo mundo que no conocía, que no me arrepiento de estar y del que no me voy a ir nunca”, cerró.
Un poco de su historia
Lisandro nació con problemas en el lado izquierdo del cuerpo, luego de que un virus afectara a su mamá cuando estaba embarazada. A los 11 años, luego de una decisión en conjunto con los médicos, le amputaron la pierna izquierda. “Pasó muchísimo tiempo hasta que pude estabilizarme anímicamente”, dijo a EL DEPOR.
Previo a eso, jugaba al fútbol, su gran pasión. Pero después no quiso saber más nada. “Yo soy loco por el fútbol y en ese momento no había otra cosa que no sea fútbol”, recordó.
Cuando tenía 15 años le llegó una invitación para practicar básquet adaptado. Tardó en aceptar, y el primer día que fue no hubo entrenamiento. Lo tomó como una señal de que no tenía que volver. Su familia le insistió y regresó. “Me encontré con otro mundo, con gente que pasó peores cosas que yo, con más cirugías, y eso me permitió abrir mi mente e integrarme”, aseguró.
Hoy arma las valijas para viajar. Y su sueño está a punto de cumplirse.