Seis años de trabajo, producción, investigación y selección llevaron como resultado “Tras las huellas del arte”.
La artista plástica Mónica Julia Pérez tuvo ese lapsus de inspiración artística cuando vio la primera horma de madera que estaban a punto de tirar. “Fue una cuestión de segundos, se me vino a la cabeza un lapsus de creación con esas hormas que estaban a punto de ser destruidas y dije: ‘por qué van a destruir algo que puede seguir subsistiendo, exponiéndolas en un contexto artístico y seguir vigentes con otra finalidad’”.
Así comenzó la historia de esta fantástica muestra que podrán disfrutar a partir de hoy lunes 22 y estará durante un mes.
Una obra que se completa con 44 hormas de zapatos antiguas de diferentes tamaños y cada una habla a través de la creación artística.
El trabajo está dentro del movimiento de arte denominado arte-objeto u objeto intervenido. Este movimiento -explica la artista-, se creó dentro de una línea de tiempo del arte contemporáneo que comenzó aproximadamente (porque en arte no hay nada de fecha fija) en las dos últimas décadas del siglo XIX hasta la actualidad, inclusive muchos artistas plásticos del mundo lo siguen trabajando.
Se trata de todo un recorrido por el Continente Americano, Norte, Centro y Sur, y Mónica recuerda que “todo comenzó con la idea de presentar y mostrar y recrear algunos autores plásticos importantes, haciendo recreación de sus obras sumando algunas mías referentes a nuestro país, pero después pensé que por qué no, los países limítrofes y después abarqué otros países más. Mi pensamiento es que somos todos del mismo origen más o menos con el mismo tiempo y todo en un contexto del arte contemporáneo y se va replicando en toda Latinoamérica, un continente mucho más joven que otros. Entonces, en ese minuto que ví esa horma a punto de ser destruida, es como que nuevamente el objeto se me presentó, porque yo no los busco, se me presentan”.
En diálogo con la creadora, ya mi imaginación vuela entusiasmada con el relato. Como viendo esa película imaginaria, creativa, Mónica empezó hace años la tarea de “rescatar y buscar más hormas de zapatos antiguas porque las nuevas ya son fabricadas en plástico macizo. Esas que son toda una reliquia, una antigüedad, me llevó tiempo encontrarlas, empecé a coleccionarlas, a buscar consultando amigas, visitando zapaterías, visitando el Mercado de Pulgas, en Buenos Aires. Cuando tuve un número determinado empecé a atrabajar desde Argentina hacia el resto de los países”.
Todas las hormas tienen distintas técnicas y texturas como acrílico, cestería, lana, madera, papel telas, fibras, biromes y otros materiales que le sirvieron para lograr “hacer de cada país una representación y que quede un rastro de cada uno, con su gente, que los representa a nivel internacional para que una franja de gente joven sepa o reconozca a un autor. Por lo menos que sepa de cada país un representante, alguna tendencia, el arte popular, arte indígena, arte pop o urbano. Y así todas están elaboradas con recreaciones y creaciones mías”.
La investigación la llevó a hacer una exhaustiva mirada sobre el paisaje artístico de cada lugar. “Entiéndase como paisaje artístico, no sólo como el paisaje físico, sino como la cultura, el clima, la música, los colores, la vegetación de cada uno de esos lugares. También me llevó a investigar y a confirmar su ubicación geográfica, ya que por suerte y gracias a Dios, tuve la oportunidad de visitar a algunos de ellos. Así fui confirmando y adquiriendo más conocimiento del lugar”.
Si bien fue seleccionando, ella reconoce que hizo mucho hincapié en nuestra provincia, en nuestros paisajes, nuestra fauna y flora. Ella hoy está en su Nirvana del sueño cumplido y ahora sólo resta esperar a mañana para poder asistir a la muestra para disfrutar de ese mundo mágico de “Las huellas del Arte”.