Las comunidades Mbokajaty 1 y 2, ubicadas en San Ignacio, lograron frenar una construcción que se iba a realizar en territorio aborigen donde crece un pastizal de características únicas en el mundo.
El Equipo Misiones de Pastoral Aborigen (EMiPA) informó la situación que desde el jueves pasado viven los miembros de Mbokajaty 1 que enfrentan un conflicto con particulares que buscan apropiarse de sus territorios para realizar edificaciones.
“El apoyo mutuo entre ellos mismos y con otras comunidades de la zona es constante y no quedan dudas de que la unión hace la fuerza. Por eso, días atrás, la Comunidad Mbokajaty 2, logró frenar una construcción que estaba prevista dentro de su espacio territorial, de la que no habían sido consultados”, destacaron.
Reinalda Ramos, mburuvicha segunda de la comunidad, relató que “el problema empezó cuando la gente de Santa Fe vino y sin hacer consulta previa limpiaron lo que es el territorio Mbya relevado por Ley 26.160”. “Como no nos consultaron, mi papá fue a donde estaban trabajando y les explicó que tenemos derechos, que somos preexistentes como dice la Constitución”, recordó.
Precisamente, se refiere a la Fundación Hábitat y Desarrollo, con sede en Santa Fe y Buenos Aires, y que hace un par de años atrás compró dos lotes para conservación y posterior donación al Ministerio de Ecología de Misiones, bajo el nombre de Reserva Tenondé, en el Teyú Cuaré.
Según detalló el EMiPA “no hubo altercados y los representantes de la fundación se manejaron con respeto hacia la comunidad, pero no se hizo la consulta previa, libre e informada, un diálogo intercultural necesario y obligatorio para el Estado cuando se realiza cualquier actividad que pueda afectar a un Pueblo Indígena”. “Unos días después de ese primer encuentro, uno de los trabajadores se acercó a la comunidad para explicarles en concreto cuáles eran sus objetivos y por qué estaban allí”, apuntaron.
En este contexto, Reinalda explicó que: “Ellos tenían una propuesta muy agradable, de cómo cuidar el monte, pero no hicieron la consulta. Mi papá y yo les dijimos que no podíamos decidir solos porque hay otra Comunidad dentro del relevamiento, que es Mbokajaty 1. Hablamos con los otros caciques y ellos dijeron que no estaban de acuerdo con que vengan a vivir”.
Es que, dentro de este plan de conservación, estaba prevista –entre otras cosas- la construcción de una vivienda para un investigador, ya que el principal interés está puesto en el tipo de pastizal que crece en la zona, de características únicas en el mundo.
Fue entonces cuando convocaron a una reunión, de la que participaron varios mburuvicha de la zona, líderes de la organización tradicional Mbya, Aty Ñeychyrõ, y miembros de EMiPA.
“Los integrantes de la fundación entendieron lo que les dijimos del relevamiento, la Ley 26160, y nos dijeron que sigamos defendiendo nuestro territorio de la gente que quiere entrar, no solamente de ellos. No aparecieron más”, señaló Ramos.
Asimismo, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, aclaró que “por ahora hemos visto que pusieron portones en la entrada donde hicieron la construcción”.
“Los miembros de la comunidad irán hasta el lugar para ver si avanzó la construcción de la casa”, apuntó. Y sostuvo que “sabemos que hay pastizales muy raros que crecen en este lugar, para nosotros también son muy importantes”.