Un hombre acordó una pena de 10 años de prisión por intentar asesinar de ocho martillazos a su expareja. Fue en el marco de un juicio abreviado que se firmó en las últimas horas en el Tribunal Penal de Eldorado, donde además del imputado acompañado por su defensa, estuvo presente el representante fiscal.
El acusado, de 66 años, admitió tanto la autoría como la materialidad del hecho, por lo que deberá responder con el monto de años que estipula el Código Penal por el delito de “intento de femicidio en grado de tentativa”.
El caso se remonta al jueves 17 de marzo del año pasado y ocurrió en una vivienda del barrio Villa Alta de San Antonio. Eran las 7.40 y la víctima, de 57 años, estaba comenzando a realizar labores domésticas.
Entre el ahora condenado y la mujer, hubo una larga historia, teniendo en cuenta que se conocieron hace 40 años, formaron pareja y luego tuvieron hijos. Sin embargo, por motivos que se desconocen la relación se rompió.
Ese día el individuo se presentó en el citado domicilio pero nadie advirtió que estaba frente al lugar. Se cree que fue muy sigiloso para poder ingresar al lugar, porque su exconcubina tampoco se percató de que alguien estaba dentro de la casa y tampoco que tenía intenciones maliciosas.
Mucho menos imaginó que esa persona era alguien que conocía desde hacía mucho tiempo. En determinado momento la mujer se dirigió hasta la cocina, donde comenzó a lavar los platos y otros objetos. Si bien el inmueble pertenece a un familiar, la víctima estaba sola en el lugar.
El ataque
Lo primero que hizo el hombre, quien portaba un martillo con mango de metal, fue tomar a su expareja de uno de sus brazos. Luego y sin mediar palabras comenzó a asestarle los primeros golpes en la cabeza y en la frente, tal como consta en el acta de elevación a juicio.
Ante semejante ataque la mujer intentó resguardarse con su brazo izquierdo, pero esto no cambió la situación, ya que recibió más martillazos, un total de ocho impactos tanto en ese brazo como en la cabeza.
Fue entonces que ante los gritos y pedidos de ayuda del ama de casa, acudieron dos vecinos, un hombre y una mujer, quienes residen en viviendas casi lindantes. En esas circunstancias la mujer agredida fue arrojada al piso por el atacante, sufriendo también severas lesiones por la caída.
Fue por la intervención de las dos personas mencionadas que el acusado no pudo conseguir su cometido, que a criterio de los investigadores y las autoridades judiciales, era quitarle la vida a su expareja.
En la resolución que envió a debate al imputado consta que no mató a la víctima “por razones ajenas a su voluntad”, ya sea por la defensa que impuso la mujer como “la intervención de terceros”.
Para el fiscal de Instrucción de Puerto Iguazú Horacio Paniagua, que siguió la investigación de la causa, en este caso “medió violencia y menosprecio al género femenino y aprovechamiento de la vulnerabilidad en la que la mujer se hallaba para provocar la muerte de la misma, la cual fue interrumpida por el accionar de terceras personas”.
Cuando llegó la policía local a la escena, el sospechoso se encontraba en el lugar y lo detuvieron inmediatamente, mientras que la víctima tuvo que ser trasladada al hospital de la zona para darle las atenciones urgentes debido a las graves heridas que sufrió por los golpes que el agresor le efectuó con la herramienta.
Poco después y por determinación de los médicos fue derivada al SAMIC Eldorado, para una atención de mayor complejidad.
Fracturas y largo tratamiento
Una vez que se conoció el parte médico oficial se pudo establecer que la mujer sufrió “traumatismo de cráneo biparietal y traumatismo de brazo izquierdo, fractura en región parietal temporal derecha del cráneo, scalp de cuero cabelludo y fractura de hombro izquierdo”.
Para los facultativos, en tanto, el tiempo de curación fue estimado en ese entonces de unos “45 a 60 días de no mediar complicaciones”. La misma realizó un largo tratamiento para poder volver a su vida normal y reencontrarse con sus hijos y otros seres queridos, quienes la acompañaron en el proceso de recuperación.
Tras cumplirse la etapa de instrucción en la causa, a cargo del juez Martín Brites y el fiscal Paniagua, el acusado optó por el juicio abreviado, admitiendo los hechos y acordando cumplir una pena de 10 años de prisión por los delitos de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género, femicidio en grado de tentativa y en calidad de autor”.