Más de 10 mil kilómetros recorrió Cristina Siry en su motorhome soñada. Un día salió para cumplir su sueño y confesó que se trató de una experiencia única. Reconoció que “la Argentina es hermosa, que el Sur es próspero, que deberíamos estar mejor porque todo es bello, con unos paisajes maravillosos”.
En la ruta nunca sintió miedo y sí reconoció que se sintió protegida por la Virgen en todo momento, “la sentí acompañándonos, sentí su presencia”.
Aventurera e inquieta, como la definió su hija, Cristina confesó que “desde chica siempre quise manejar un motorhome. Tuvimos dos en mi familia que no los podía manejar porque eran muy grandes. Ahora este es Mercedes Benz 515, no es tan grande, sí es bastante ancho, alto y recontra cómodo”. Así dicho parecería que no es tan difícil, aunque sí hay que saber conducir uno así para hacer viajes.
Ella recorrió esos 10 mil kilómetros dando una gran vuelta y lo que más rescata que “esto es disfrutar, disfrutar del camino, de viajar constantemente, de conocer lugares y vivirlos”. Es la manera de cumplir sueños, es así como se puede vivir en equilibrio energético con lo que deseamos y lo hacemos.
Los sueños no son los mismos de todas las personas como por ejemplo, a las amigas de Cristina no les gusta “a ellas no les entusiasma la idea de estar en permanente movimiento, subir, andar, bajar, es un sueño mío y no es fácil conseguir que te acompañen. También hay que tener tiempo porque se necesitan muchos días. Este viaje incluso lo podíamos hacer en dos meses porque podés bajar, quedarte a pescar si querés en los lagos maravillosos, sin tiempo. Pero bueno, yo fui con un amigo que resultó ser un excelente copiloto y también conductor porque no le puedo confiar a nadie el manejo de un motorhome, esto también cuenta”.
“Sin miedos”
Para viajar, “no hay que tener miedo porque el miedo te paraliza, acá hay que salir y vivirlo”, puntualizó con esa energía que se le nota, que viene desde lo más profundo de su corazón.
De la ruta contó que “del Atlántico está preparada para todo, por la zona de Punta Tombo, Comodoro, toda la ruta está bien pensada. Dimos toda la vuelta, vemos la vegetación, todo es una demostración de cómo fueron las etapas de la Tierra, es lindo para llevar a los niños, es muy emocionante por ejemplo ver el bosque petrificado con árboles de 60 metros de altura, eran las famosas araucarias donde los dinosaurios con sus cuellos muy altos comían los frutos. La riqueza del petróleo, esos miles de años en que se fueron produciendo. Hay museos donde está demostrada la evolución. Me gustó todo el camino de la Ruta 3 hasta Río Gallegos”.
Disfrute total traducido en una gran invitación a cumplir los sueños. Saber que “cuando queremos algo lo podemos conseguir. Tener fe y disfrutar del proceso, de imaginarlo, programarlo, proyectarlo”.
Ahora, la amante de las rutas ya está disfrutando de un gran proyecto, un viaje más largo y más apasionante aún. Basta con desear y el Universo es encarga de todo. Ya conoció unos viajeros que le hablaron precisamente del viaje que ya está en su sueño. Nos contará seguramente los momentos vividos.