La avícola correntina Santa Ana fue obligada a tirar a la basura unos 360.000 huevos por un valor de $7 millones pese a que el test de gripe aviar que se hizo en segunda instancia dio negativo. Y podría tener que deshacerse de más mercadería ya que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) pidió una tercera toma de muestras lo que no le permite comercializar sus productos.
“Nos obligan a otra muestra. Y mantienen la interdicción del establecimiento”, dijo Daniel Encizo, Director General de Avícola Santa Ana luego el pedido del SENASA a la justicia de una tercera muestra, según consigna el diario Clarín.
A su vez, el SENASA prohibió el movimiento de la producción ante el pedido de la firma de poder donarlos “Los huevos no constituyen ningún peligro para la salud pública, incluso, de aves infectadas”, apuntó.
“Que el SENASA vele el traslado y que se donen a comedores, lugares de ancianos. Hay muchas alternativas que a asistir a semejante aberración de tirar comida a una zanja”, agregó Encizo.
Denuncia
La avícola denunció en primera instancia el test realizado por el SENASA, que según el organismo había sido positivo, lo que obligaba a Santa Ana a que se sacrificaran las 200.000 gallinas que tienen en producción.
Según advirtió la empresa desde un principio, hubo errores en el procedimiento por parte del organismo estatal.
En un comunicado, aseguró que el martes 4 de abril, un funcionario de SENASA se hizo presente en la empresa y alertó que en ningún momento ingresó a los galpones, ni tuvo contacto con los animales.
Solo dejó un kit para tomar muestras en manos de una Veterinaria de Registro, que para la avícola, “es una profesional que tiene registro de SENASA, certificada en inocuidad de los productos, pero que no tiene capacitación en sanidad, ni mucho menos para tomar muestras”.
“Esta persona supuso que el examen sería llevado a cabo por la avícola, mientras que los dueños de la empresa confiaron en que lo realizaría la especialista. En este estado de confusión, las muestras no se realizaron y los kits regresaron vacíos”, relataron desde la avícola.
“El jueves 6 de abril, Lisandro Enciso, propietario de Santa Ana, recibió un llamado de la entidad donde le comunicaban que los resultados habían sido negativo. Dato que cambió a las pocas horas, cuando esa misma noche se volvieron a comunicar para avisarles que 20 gallinas habían dado positivo. El organismo nacional, entonces, intimó el sábado 8 de abril a la firma a sacrificar 200.000 aves ante esta supuesta detección de gripe aviar”, agregaron desde la firma correntina.
Ante este hecho, Santa Ana advirtió que la medida zoosanitaria de SENASA carecía de fundamento y que traería como consecuencia irreversible el cierre de la compañía y la pérdida de más de 300 puestos de trabajo.
Por lo que se presentaron ante la Justicia, para pedir “que se realicen las muestras correspondientes y se frene así la decisión tomada de manera tan arbitraria y desastrosa”.
Ante este pedido, el Poder Judicial de la Nación, a través del Juzgado Federal de Primera Instancia de Corrientes, aprobó el recurso de amparo presentado por la avícola y dispuso un plazo de 24 horas desde el dictamen del fallo para que SENASA presentara las pruebas que sustenten la medida de “rifle sanitario”: “Requiérase al Servicio de Sanidad Animal SENASA para que dentro del plazo de un (1) día, produzca informe que dé cuenta del interés público comprometido en autos y lo relativo a la extracción de muestras y su cadena de custodia conforme lo establece el art. 4 de la ley 26.854”, intimó en el comunicado.
Así, según informó el mismo SENASA, la segunda muestra tomada a aves de la granja, dispuesta por la Justicia Federal, dio resultado negativo a la presencia de gripe aviar.