La Residencia de Adultos Mayores Yerbal Viejo, dependiente de la Municipalidad de esta ciudad, trabaja al máximo de sus posibilidades. Actualmente, contiene a 23 personas, lo que representa el límite de su capacidad.
La única carencia que tiene la mayoría de los internos es afectiva, ya que de los 23 residentes, solo dos reciben visitas.
“También contamos con 23 personas que trabajan en el lugar. Trece de ellos se dedican pura exclusivamente al cuidado de los adultos mayores, el resto personal de limpieza, cocina, entre otros”, explicó a PRIMERA EDICIÓN, Betiana Avancini, directora General de Desarrollo Humano.
El Hogar, fue fundado en 1979 por el Rotary Club Oberá. Está ubicado en el barrio Villa Svea. A fines del 2009, pasó a depender absolutamente de la Municipalidad, debido a que la organización rotaria no pudo sostener financieramente la institución.
La infraestructura tuvo mejoras en los últimos tiempos, que permite a los abuelos tener todas las comodidades. “Los arreglos que se hicieron fueron un mejoramiento general de la infraestructura, la instalación de un sistema eléctrico nuevo, asimismo instalación de cámaras, cuenta con un equipo electrógeno. También se hizo pintura general del edificio y tiene nuevo sistema lumínico, entre otros arreglos. Por supuesto con el mantenimiento adecuado”, señaló la funcionaria.
“Los adultos mayores que se encuentran en la residencia tienen talleres, sesiones con psicólogos, cuentan con ayudantes terapéuticos, kinesiólogos, profesores de educación física y enfermeros, entre el personal profesional”.
Betiana Avancini explicó que se trabaja en conjunto con otras instituciones del medio, como así también áreas municipales, siempre en función del bienestar de los beneficiarios.
De todas maneras, la mayoría de los residentes tiene un vacío afectivo, que el personal se esfuerza por cubrir.
“La mayor necesidad de los abuelos es el afecto, el resto alimentos, salud, está cubierto. De los 23 solo a una de ellas la visita un familiar y a otro una iglesia, pero el resto no tienen visitas. La mayor carencia es afectiva. Así que el personal pasa a ser familia, se involucran mucho con ellos, además de atender sus necesidades, los escuchan, contienen, le dan afecto”, remarcó.