Mientras gran parte de la producción misionera sigue festejando que por cinco meses podrá exportar sus productos a un precio de $300 por unidad; un sector de la industria no agropecuaria sigue esperando desde hace más de un año que el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, y el presidente del Banco Central de la República Argentina, Miguel Ángel Pesce les abran el grifo de dólares para no tener que paralizar sus producciones por falta de insumos.
El caso de la eldoradense Dass (de capitales brasileños), es recurrente. Mes a mes se vienen dando “feriados” por falta de insumos, con el riesgo que en algún momento la empresa decida recortar salarios por la asiduidad con la que deben dejar de producir o ensamblar las zapatillas para grandes marcas internacionales con las cuales firmó contratos.
Pero Dass no es la única. Y los reclamos no son solamente empresarios. Desde el mismo Gobierno provincial, fue el propio Herrera Ahuad en persona a pedir a ambos funcionarios una salida. Fue en tiempos donde las empresas estaban signadas por la incertidumbre en las medidas económicas. ¿Algo cambió desde entonces hasta ahora en la certeza sobre las reglas de juego? Nada. Todo sigue igual.
Dass cuenta con 520 trabajadores en la actualidad, que están pendientes de estos “tropiezos” productivos, en especial porque sigue vivo el “fantasma” de los despidos que hubo en 2022 en un contexto similar.
Lamentablemente sin que haya un cambio en los cupos de importación, con dólares disponibles para las compras de partes o elementos indispensables que se venden en países extranjeros, nada cambiará. Y los sobresaltos continuarán. ¿Cuánto más serán capaces de resistir antes de tomar alguna medida las empresas? Por ahora en el sector privado se llamaron a silencio. No es precisamente una buena señal.