Un hombre fue condenado a diez años de prisión por balear a un policía al que momentos antes y durante un forcejeo le robó el arma reglamentaria, según fuentes judiciales.
El imputado, de nacionalidad paraguaya y de 27 años, fue detenido por el mismo uniformado que recibió un impacto de proyectil en una pierna y que además, recibió otros dos disparos que absorbió el chaleco antibalas. Fue el jueves 9 de julio de 2020 a la noche, cuando el acusado se presentó, con un cuchillo en la cintura, en una vivienda del barrio Pueblo Nuevo de Colonia Mado, donde se acostó a descansar sin permiso de los propietarios.
Luego se supo que esa persona era Gerónimo Javier López Duré, sobre quien pesaba pedido de captura en su país por una presunta tentativa de homicidio perpetrada en 2017 en su localidad de origen, Mayor Otaño. Estaba sospechado de balear en seis ocasiones a un agricultor y escapó, quizás creyéndolo muerto.
Ahora en Argentina, tras permanecer casi tres años tras las rejas, el individuo admitió su culpabilidad de lo sucedido en el marco de un juicio abreviado. Fue en el Tribunal Penal de Eldorado, donde acordó con la Fiscalía un monto de pena a cumplir, firmando dicha resolución con la presencia de su abogado.
Según el acta de elevación a juicio, el citado día a la tarde, el joven irrumpió en un domicilio donde un hombre, su madre y una vecina, tomaban mate. El joven, que era desconocido para los presentes, primero pidió agua y se sentó con ellos.
Luego comenzó a preguntar a la dueña de casa si cobraba pensiones o planes del gobierno, algo inusual y extraño. Por si fuera poco, llevaba un cuchillo de gran tamaño en la cintura (22 centímetros de hoja). Debido a que no se iba le ofrecieron cenar con ellos. Eran las 22 hs. cuando el individuo sin pedir permiso se acostó a descansar en la pieza del hombre de la casa. Cerca de las 23.40 y temiendo que algo malo sucediera, los damnificados avisaron a la policía.
Disparos en la oscuridad
Dos efectivos de la comisaría local (un oficial y un agente) se dirigieron a constatar la situación, mientras una sargento esperó afuera. Apenas ingresaron a la pieza del lugar fueron atacados por el joven quien se abalanzó sobre el arma reglamentaria de uno de los uniformados (una pistola Bersa Thunder 9 milímetros) y tras quitársela le descerrajó tres tiros a quemarropa. Todo esto sucedió cuando la puerta de la habitación se cerró.
En medio de la oscuridad dos de los disparos impactaron sobre el chaleco a la altura del pecho del oficial subayudante Domingo Sebastián Duarte, mientras que el tercero lo hirió en una pierna. A pesar de ello, forcejearon con el violento que se disparó en una pierna antes de ser arrestado. Por si fuera poco, llegó a morder en los brazos a los dos efectivos. Fue el mismo policía herido quien esposó e inmovilizó al agresor. El agente que colaboró en el arresto fue Fernando Martín Denis.
El efectivo herido de bala fue atendido en el SAMIC Eldorado, donde se recuperó. Se supo que el imputado cruzó de forma clandestina hacia Argentina antes del hecho. Los delitos por los cuales fue condenado fueron “homicidio calificado por haberse cometido contra un miembro de una fuerza de seguridad en grado de tentativa, a su vez por haber empleado un arma de fuego y resistencia a la autoridad todo en concurso ideal y en calidad de autor”.