La presencia de la mascota siempre evoca sentimientos que nos tocan, que nos mueven. Y no solo en la pintura encontraremos a perros, esos fieles compañeros, sino también en la escultura, fotografía, y en cualquier otra obra de arte; se inmortalizan a través de él, ya sea por cariño, o simplemente porque su presencia es parte de nuestra vida.
Retrato de Maurice. De Andy Warhol
Andrew Warhola, mejor conocido como Andy Warhol, artista plástico y cineasta, es un ícono famoso en la corriente del pop art o “Arte Pop”. Se le ubica mucho por sus obras en mosaico repetitivo de gran colorido. Warhol tenía fascinación por los animales, en especial por los gatos, pero luego de que muriera el gato que fue el más importante en su vida, su pareja le convenció de que tuvieran un perrito. Se dice que Warhol se negaba porque pensaba que traicionaría a su mascota anterior; pero se enamoró de un pequeño cachorro llamado Maurice, un perro de mirada triste, según sus palabras. En adelante, el perro fue parte importantísima en su vida, y lo inmortalizó en una de sus obras.
Perros Póquer – Cassius Marcellus
Cassius Marcellus Coolidge, pintor estadounidense, se hizo famoso por sus divertidas pinturas que retratan a perros de distintas razas, jugando al póquer, el billar, y juegos similares. ¿Caninos jugando póquer y fumando o bebiendo? Existen, de hecho, cientos de parodias, pero su estilo fue único y fue lo que lo catapultó al reconocimiento, sobre todo popular. Esta pintura ha sido una de las más famosas a nivel mundial, y para muchos sigue vigente, aunque el cuadro se haya creado en 1903. La irreverencia es parte fundamental del arte de Marcellus. Hace más de un siglo que el artista dejó huella, pero hay un toque que aún guarda lo moderno, y tal vez sea esa chispa de sarcasmo. “En la imaginación de cada artista hay una infinidad de posibilidades, así que ¿cuál es la extrañeza?”, afirmó el autor en una ocasión.
Cabeza de perro “Bob”. De Édouard Manet:
Es para muchos, Bob, el perro más famoso de la historia del arte. El pintor francés Manet plasmó a este hermoso cuadrúpedo peludo que parece juguetón, aunque no fue el único que pintó. En la obra, apreciamos un perro despeinado, de pelaje claro, que se llama, según el título de la obra, Bob. Resulta curioso que después de tanto tiempo desde que se realizó la obra, no se sepa si la mascota era suya o no; hay teorías que apuntan a que era de un amigo, pero no por eso dejaría de ser: Bob, el perro de Manet.
Las Meninas. De Diego Velázquez
Aunque no es un retrato donde el perro sea lo principal, este cuadro del famoso pintor español Diego Velázquez, que se encuentra en el Museo Nacional del Prado y es una obra del período barroco. “Las meninas” o La familia de Felipe IV es la obra maestra del pintor del Siglo de Oro español, Velázquez, quien era amante de los animales, pero más de los perros. Los apreciados peludos eran fuente de inspiración, junto a otros temas, y por eso los tenía presentes en sus obras. “Las Meninas” presenta un perro de raza Mastín (clave para muchos) en un primer plano. Junto con todos los demás, el perro es un personaje más, visto como un miembro de la familia.