Antes de ir al contenido de la nota de hoy y todavía con los ecos de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer el 8 de Marzo, queremos poner de relieve cierta licencia que nos venimos permitiendo al sustituir la expresión genérica “hombre” por “persona”, en la transcripción de las expresiones de profunda sabiduría de Gandhi y Tagore emitidas hace más de 70 años, siempre vigentes y valiosas, como las que siguen.
“La persona que aún no ha comprendido su parentesco con el universo, vive aprisionada entre altos y sombríos muros. Mas cuando ve en toda cosa el espíritu eterno, se emancipa y descubre la significación plena del mundo en que nació, encuentra la verdad y consolida su armonía con el universo.” Durante la práctica del Yoga vamos intuyendo estas verdades y buscamos una lecturita al finalizar la sesión, como las del maestro y poeta Rabindranath Tagore que vemos ahora.
“… hemos de esforzarnos por sentir la unidad fundamental del universo con el alma consciente de la persona: aprender a percibir la unidad mantenida por el espíritu eterno y único, cuyo poder crea la tierra, el cielo y las estrellas, y alumbra, al propio tiempo, nuestro pensamiento con la luz de una conciencia que se mueve y existe en continuidad ininterrumpida con el mundo exterior”.
Y agregaba, refiriéndose a la consideración de la superioridad del ser humano en la escala de la creación, que “ésta no consiste en una facultad de posesión sino de unión”, percibida especialmente en “aquellos parajes donde la Naturaleza presenta una hermosura y un esplendor particulares, a fin de que el pensamiento pueda hendir el estrecho horizonte de sus necesidades y volar hacia su puesto en el infinito”.
Por eso, “cuando las barreras físicas y mentales nos separan de la inagotable vida de la Naturaleza, cuando pasamos a ser simples personas y no ‘el ser humano en el Universo’, nos creamos angustiosos problemas. Problemas insolubles, puesto que nosotros mismos hemos cegado la fuente de su solución. Todos los procedimientos artificiales que ensayemos serán inútiles e incurrirán en el error”. Namasté.