El tulipán africano afecta la polinización e induce la mortalidad de abejas. El Programa Provincial para la Protección y Alimentación de las Abejas (Ley XVI-149) prohibió definitivamente la producción, plantación y comercialización de la especie.
La introducción de especies no nativas a los ecosistemas es un gran riesgo para la subsistencia de los mismos, debido a que generan problemas en el ambiente y la entomofauna que habitan en ellos.
El Tulipanero africano (Spathodea campanulata) es una de ellas y representa una amenaza para la biodiversidad misionera.
Se trata de una especie exótica para la región que afecta a una gran variedad de insectos, pero principalmente a las abejas.
Por las razones antes expuestas, Misiones, a través de la ley provincial de Protección y Alimentación de las abejas, busca erradicar dicha planta.
¿Qué daños ocasiona?
Esta especie afecta las redes de polinización e induce a la mortalidad de los insectos mediante el aumento del atractivo floral para las aves (polinizadores exclusivos de esta planta), que debido a su acción química, produce una especie de néctar o polen que se vuelve irresistible para las abejas, pero evita la polinización de las mismas haciendo que terminen ahogadas.
Esto promueve la mortalidad de los insectos y constituye un recurso alimenticio adicional para las aves. Según estudios realizados, el néctar de las flores del tulipanero africano – especie originaria de África Occidental y que se halla ampliamente cultivada en Sudamérica como especie ornamental- es tóxico y tiene propiedades con actividad insecticida, especialmente contra abejas, avispas, moscas y hormigas.
La planta produce una especie de mucílago, como una gelatina que evita la polinización por insectos y los ahoga. Las abejas de África saben de este mucílago, pero en las demás partes del mundo no tienen idea de esto.
Este problema ha provocado la mortandad de varias especies de abejas nativas, sobre todo de meliponinas (abejas sin aguijón), lo que genera grandes pérdidas, no sólo a los productores, sino también a los ecosistemas que dependen de ellas.
Cabe destacar que la planta está incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Atraídos por su color y flores
A partir del siglo XIX esta planta empezó a ser llevada a otros lugares de Asia y América, por su atractivo y sus enormes flores. Su crecimiento rápido y su capacidad de desplazar especies la hace una de las más invasoras del mundo.
Es un árbol de aproximadamente 10 o 15 metros de altura. Su tronco es estrecho, recto y esbelto, de color marrón. Sus hojas son verde oscuro, ovaladas y con nervadura muy marcada, de entre 5 y 10 centímetros de longitud. Éstas se disponen de forma pareada, en foliolos de entre cuatro y ocho hojas.
Lo más destacado de este árbol es su espectacular floración. Se produce durante las estaciones más cálidas, dependiendo de la exposición solar del árbol. Las flores crecen en racimos con forma de garra, que al abrirse dan lugar a una gran campana. Esta campana culmina en cinco pétalos dentados y es de color anaranjado o rojizo.
Necesita climas cálidos y no tolera el frío. Además requiere de sol y riegos abundantes.
Misiones, una provincia pionera en la protección de las abejas
La ley XVI-149, aprobada por la legislatura misionera el año pasado, en su artículo 6 prohibió definitivamente la producción, plantación, comercialización y transporte del tulipanero africano en todo el territorio provincial. Siendo deber de la autoridad de aplicación, erradicar de forma progresiva los ejemplares implantados.
Los objetivos del programa son preservar a las abejas melíferas (Apis melliferas) y a las abejas nativas de la tribu Meliponini (Hymenoptera apidae) en todo el territorio provincial, con la intención de asegurar su multiplicación. Para ello se intenta aumentar la disponibilidad de recursos florales y zonas de refugio y reproducción, mediante el fomento de cultivo orgánico de vegetación floral para alimento de las abejas.
También se pretende concientizar a la sociedad sobre la importancia de este insecto como agente polinizador, y difundir la relevancia del proceso ecológico de polinización en la preservación de los ecosistemas.