Investigadores de la Unidad Regional VII de la policía provincial detuvieron ayer a uno de los presuntos cabecillas de una gavilla de ladrones de vacas y toros de campos de San José y Apóstoles. El procedimiento realizado en una propiedad frente la ruta provincial 1, en jurisdicción de San José, permitió la aprehensión ordenada por el juez Miguel Ángel Faría de un joven y el secuestro de cuchillos y ganchos utilizados para carnear pero también, restos de un toro Brangus valuado en más de dos millones de pesos que fue robado y descuartizado casi por completo entre la noche del jueves y madrugada del viernes de la semana pasada.
Además de este presunto cuatrero, fueron demorados dos muchachos más y liberados supeditados a las citaciones del juez de Instrucción de Apóstoles.
Ayer por la mañana en un pozo de siete metros de profundidad fueron rescatados dos trozos de los restos del toro colorado. Poco más de sesenta kilogramos de carne estaban atados con una frazada y sumergidos en la perforación.
A estos restos hay que sumar cincuenta kilogramos hallados en un heladera la noche anterior en otra propiedad del mismo barrio San Martín allanada ayer. Las muestras fueron analizadas por un veterinario que concluyó que corresponden a un ejemplar vacuno de las dimensiones señaladas por el denunciante.
A la par del inicio del expediente, fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN remarcaron que los robos de animales en la zona bajaron con el despliegue de labores aunadas de la policía con los productores ganaderos que se sumaron a los operativos semanales que organiza la UR-VII con participación directa en la prevención pero también aportaron herramientas a los agentes de la fuerza de seguridad.
“No se pueden rastrillar campos enteros durante la noche, pero por ejemplo, con más motocicletas se logran montar muchos controles sorpresivos en caminos de la jurisdicción”. Esto colaboró para que el descenso sea drástico y se destacó que uno de los ganaderos perjudicados por el abigeato donara un vehículo para ampliar operativos.
Otras voces precisaron que en esta época del año los robos se incrementaban y las denuncias se replicaban a diario en la UR-VII. Se apunta que al no ser período de tarefa de yerba mate, se roba y faena más ganado.
La implementación de seguimiento y mayores recursos de inteligencia policial colaboró en la identificación de posibles sospechosos. “Pero el compromiso de los productores y policías es lo que quedó marcado. Con tareas y colaboración periódica el descenso del problema quedó a la vista”, resumió un ganadero consultado ayer por este Diario.