Quienes ya han probado la lanaterapia coinciden en que resulta útil para aquietar la mente, así como también ordenar ideas y pensamientos.
A partir del auge del mindfulness, muchas personas se han permitido apreciar actividades que, además de ofrecerles un pasatiempo o una distracción momentánea, les ayudan a calmarse, ordenar sus ideas, pensamientos y emociones, y también ejercitar su cerebro. Este viene a ser el caso de la lanaterapia.
Tal y como su nombre lo indica, la lanaterapia consiste en la acción de tejer como medida terapéutica. No está dirigida a un público concreto, por ello cualquier persona interesada puede ponerla en práctica cuando lo necesite y desee.
Las personas que aún no la han practicado pueden percibirla como una actividad sencilla; sin embargo, tiene diferentes grados de dificultad -lo que resulta muy conveniente a la hora de mejorar habilidades y favorecer diversos procesos cognitivos- y ofrece varios beneficios, como podremos ver a continuación.
…ya no es solo “cosa de abuelas”
En vista de que muchas mujeres mayores tenían por costumbre tejer para elaborar prendas de ropa para sus familiares y allegados, y al mismo tiempo entretenerse desarrollando diferentes proyectos, durante muchos años se consideró que esta actividad era “de abuelas”. Sin embargo, con el paso del tiempo esta percepción cambió.
Hoy en día muchas personas reconocen que necesitan hacer una pausa en su rutina, tomarse un momento para sí mismas y desconectar del mundo del multitasking y las distracciones. En este sentido, actividades como la lanaterapia son de gran ayuda. Por ello, ya no es infrecuente ver personas de cualquier edad aprendiendo a tejer.
Más allá de esta acción y de obtener una prenda determinada, la lanaterapia ofrece un hiatus en el que no se piensa en nada más que en lo que se está haciendo. Esto, sin duda, es lo que permite obtener varios beneficios.
Beneficios de tejer
Uno de los principales motivos por los que esta actividad se convirtió en una forma de terapia es porque, a medida en que se la practica, las personas aprenden a centrar su atención en el momento presente, de manera muy similar al yoga, el mindfulness y la meditación.
Al tejer, tus ojos deben ver cómo pasan las agujas a través de la lana para ir reproduciendo un patrón que elegiste previamente, y tus manos deben sujetar tanto las agujas como la lana, así como moverse de determinadas maneras a un ritmo determinado. Todo esto podría parecer un proceso simple, pero está lejos de serlo. En realidad, constituye un ejercicio para la mente, tan completo como jugar ajedrez, tocar un instrumento o escribir.
Tejer permite ejercitar las manos, pero también estimula la capacidad de aprendizaje y memoria, fomenta la concentración y la creatividad. Además, promueve emociones positivas y reconfortantes.
Beneficios de la lanaterapia
Los expertos de la Mental Health America (MHA) indican que la lanaterapia ha demostrado ser muy útil para:
- Liberar tensión
- Cultivar la paciencia
- Promover el bienestar
- Aumentar la autoestima
- Fomentar la creatividad
- Bajar la presión arterial
- Fomentar la concentración
- Reducir el estrés y la ansiedad
- Mitigar la sensación de soledad
- Distraer la mente en caso de sufrir dolor crónico
- Reducir el riesgo de sufrir depresión y demencia
Con todo esto, podemos observar que cuando se presta atención a detalles como el patrón que se sigue, el color y textura de la lana y las agujas, el roce de los materiales sobre la piel de las manos, la forma que va tomando la prenda, etc., poco a poco la mente deja de irse hacia el pasado o el futuro y se queda en el presente. Esto es lo que permite liberar tensión, tanto física como mental, entrar en calma y experimentar sensaciones gratificantes.
Los beneficios de la lanaterapia se pueden apreciar, sobre todo, a mediano y largo plazo, una vez que ya se ha adquirido el hábito de tejer. Por ello es conveniente aprovecharla con cierta regularidad, en la medida de lo posible.
Una de las principales ventajas es que puede practicarse en cualquier momento y lugar. Lo único que necesitarás será un par de agujas, tu bola de lana y un punto donde sentarte cómodamente.
Es cierto que hoy en día se envuentran tutoriales en línea con los que empezar a dar tus primeros pasos, pero si lo deseas, también puedes pedirle a un familiar a un amigo que te enseñe.
Otra opción sería inscribirte en un curso para aprender, compartir con otras personas e intercambiar experiencias, consejos e ideas, así como también idear proyectos colectivos.
Si necesitas hacer una pausa de tu rutina, reconectar con tu interior y recuperar la calma, dale una oportunidad a la lanaterapia.
Fuente: lamenteesmaravillosa.com