Al iniciar el nuevo año cargamos las agendas de proyectos y compromisos, estamos con el deseo de cumplir con todo lo citado, sentimos que las energías vibran a nuestro favor los primeros meses que transcurren ya que estamos inmersos en las metas.
Comenzar el viaje y llevar lo necesario para utilizar. ¿Qué elementos estamos cargando en ese equipaje que pueden beneficiar el recorrido?
La vida es como un viaje y si traemos cargas con experiencias que nos hacen pensar y sentir que vamos con un peso encima, el efecto será en el primer trimestre del año, agotamiento mental y corporal. Esto hace que las consecuciones de los proyectos sean lentos o se abandonen dejando por la mitad. Todo esto podría causar frustración interna.
Para evitar la carga intensa, hagamos un inventario de las experiencias que no suman y no alientan a la realización de los proyectos. También tendremos que dejar ir a esas personas que con sus actitudes y opiniones no aportan nada positivo. Estas situaciones restan energía y entusiasmo para los proyectos que cargaste en la agenda al iniciar el nuevo ciclo.
Se puede ir descargando el equipaje pesado si somos determinantes con nuestros proyectos y queremos alcanzarlos. Podemos utilizar las cualidades internas que llevamos dentro para equilibrar el viaje y que sea más liviano el andar en la vida.
Debemos decidir qué situaciones nos hacen felices e iluminan nuestros días. Así el recorrido será más productivo. Observemos qué experiencias nos suman y enriquecen el corazón, para que nuestro interior resplandezca hacia nuestros proyectos.
Carguemos nuestra mente con posibilidades y esperanzas, y confiemos en el potencial que la divinidad nos ha otorgado. Esto es lo que en realidad debemos cargar en nuestro viaje por la vida.