La producción de flores de corte es una actividad que está creciendo en Misiones, aunque todavía el volumen no cubre la demanda de Misiones. De avanzar su desarrollo podría abastecer el mercado nacional, sobre todo Buenos Aires, donde mayor demanda existe. Aseguran que las condiciones de la tierra colorada son óptimas para este cultivo durante todo el año.
Julio Yamada tiene 51 años, es argentino hijo de japoneses que llegaron al país para asentarse en Colonia Luján, en la localidad de Garuhapé. “La actividad de mis padres no era la floricultura sino que se dedicaban a los cítricos, vivero forestal, yerba, que son las actividades de la provincia”, relató.
Agregó que fue a estudiar a La Plata en el año 1989, la carrera de agronomía: “En el cinturón verde de la ciudad se encuentra la producción más grande de flores de corte del país. Comencé a hacer una pasantía con unos productores y luego trabajé con la Cooperativa Mercoflor”, donde fue adquiriendo conocimiento en el rubro, que hasta ese momento era nula.
Con el paso del tiempo fue analizando la actividad productiva que desarrollaba su familia en Misiones y observó que “es un actividad extensiva, que tenía un ingreso al año, que hay que planificar muy bien para poder vivir de eso. Luego, trabajando con esta Cooperativa tuve la oportunidad de viajar a Chile a ver cómo se produce en otros lugares. También estuve en Japón (gracias a una beca) y, a partir de ahí, hace unos 20 años le propuse a mis padres hacer algo con flores acá en Misiones”, rememoró.
Sembrar flores
Entre sus argumentos sobre la conveniencia de dedicarse a la floricultura, comentó que “es una actividad más intensiva, con una rotación más rápida, porque las flores tienen un rotación entre tres y cuatro meses. Desde que se planta hasta que se cosecha, son ciclos más cortos”.
Si bien su idea hace dos décadas era producir en Misiones, también lo hizo en La Plata, con otros colegas.
Cuando arrancó en la Tierra Colorada, sembraban flores que en La Plata no se podían seguir cultivando por el frío. “Entonces lo producíamos acá y lo mandábamos para Buenos Aires. Iniciamos con Lilium. En esa época no había híbridos como los que existen ahora, entonces ya no es necesario plantar acá para luego enviar allá”, precisó sobre los cambios que se fueron dando en el sector con el paso del tiempo.
Con el correr de los años, gracias al boca a boca, “las florerías de acá de Misiones comenzaron a ir a comprar al vivero. Así comenzó la venta local y actualmente sólo nos dedicamos a esa comercialización”, indicó Yamada.
Desde hace 15 años, de acuerdo a las precisiones del floricultor, todo lo que producen en su vivero lo destina a abastecer la demanda del mercado de la provincia. “Solo al principio mandamos a Buenos Aires; luego ya cubrimos la demanda local”.
Actualmente, en su vivero que son ¾ de héctáreas cubiertas, producen crisantemos, gipsófilas y gerberas, con las que abastecen a unos 20 clientes de Wanda, Puerto Esperanza, Eldorado; aunque Yamada sostiene que hay mucho más mercado. “Por ejemplo, en Posadas no ofrecí a las florerías de la capital misionera, porque no tengo mercadería. Todo lo que produzco se lo vendo a estos clientes que ya tengo”.
Demanda en alza
Ante este panorama, Yamada adelantó que su objetivo es continuar trabajando para ampliar su producción y atender el mercado local. “Demanda existe; todavía no tiene techo la floricultura en Misiones. Tendría que haber muchísimos más productores de flores para poder abastecer a toda la provincia. Es una oportunidad para las flores de corte”.
Si bien al arrancar el emprendimiento, Yamada creía que en Misiones no se consumían flores frescas, naturales, con el paso del tiempo se dio cuenta de que no lo hacían porque “no había oferta, no había quién las produzca. Nosotros queremos estabilizar la producción para contar con estas tres variedades. Las demás flores las recibimos de Buenos Aires, las que no producimos acá”, manifestó. En su empresa se armó como un depósito, donde cuentan con las tres variedades a las que ellos se dedican, más las otras que les piden las florerías durante todas las semanas.
Incluso, detalló que en su caso, si bien existen algunos particulares llegan hasta su vivero para hacer pedidos, la mayoría de sus ventas son a través de las florerías.
En cuanto a las condiciones climáticas y otros factores, Yamada sostiene que la Tierra Colorada tiene todos los elementos para competir con otra regiones y abastecer su propia demanda. “La mayor ventaja es que nosotros podemos producir en invierno para vender por ejemplo en Buenos Aires, donde está la mayor demanda, en el caso que contemos con un volumen importante”.
Además agregó que la logística de distribución tampoco ya representa un inconveniente, porque la entrega se puede hacer con los servicios de paquetería puerta a puerta.