“Na beira do mar do mar todo mundo brinca…”, dice la letra de una de las canciones más populares de Brasil y eso pareciera que caló profundo en Gustavo Flores, quien en cada visita a las “praias” durante el verano sentía que le costaba regresar a su vida cotidiana en Posadas, a su trabajo como empleado en el Casino. El aroma del mar, algo que pocos pueden entender, el ruido relajante de las olas, la posibilidad de pisar la arena cuando quiera y las “vibras positivas”, lo terminaron convenciendo de que la felicidad que buscaba estaba allí adonde solía ir un puñado de días al año. Así, con el título de guardavidas de la Escuela Municipal de Posadas se aventuró a vivir una experiencia en las playas brasileñas donde ya lleva once años.
“Estoy contento que me hayan llamado. Feliz, vine en bicicleta a todo lo que daba. Recién habíamos cerrado el puesto (de guardavidas) porque trabajamos de 7.30 de la mañana a 7.30 de la tarde. Mi trabajo es acá, en la playa central de Balneario Camboriú, es mi cuarta temporada y soy de Posadas, de ‘Villa Pelo’ para el mundo”, comenzó diciendo Gustavo, en una amena charla con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, que buscó compartir con los oyentes la historia de este posadeño que un día resolvió embarcarse en esta aventura.
Contó que “estamos en Brasil desde 2011. Fuimos a vivir (con su pareja) a Buzios, Río de Janeiro, y desde 2017 estamos viviendo en Balneario Camboriú, es decir que hace más de once años que ya estamos acá en Brasil y con esta profesión hermosa como lo es la de guardavidas”.
¿Por qué Brasil?
Consultado qué lo llevó a Brasil y no a otra playa de Argentina, dijo que “la verdad es que yo tenía un buen trabajo en el casino ahí en Posadas, pero me gusta vivir cerca de la playa. No fue por una cuestión laboral yo tenía hasta casa en Argentina. Mi decisión fue solamente para cambiar de vida, vivir al nivel del mar, no por otra cosa. No vine a Brasil a buscar trabajo ni nada sino que vine a buscar paz, playa, arena y eso. Fue un cambio de vida y no me arrepiento. Lo haría mil veces más. Viviré siempre al nivel del mar. A partir de ahora. Así que cuando voy a Posadas estoy más de veinte días y ya extraño el ruido del mar y el agua salada”.
Flores recordó que se formó “en la Escuela Municipal de Guardavidas, con Sergio Balatorre y compañía. Ahí, él (Balatorre) me abrió la cabeza y bueno me vine, aunque antes trabajé en las playas de Miguel Lanús, le agarré el gustito y vine. Acá el curso para guardavidas comienza en octubre, tiene una duración de 45 días es gratis para cualquier persona del mundo y el Estado de Santa Catarina te da la posibilidad de trabajar como guardavidas siendo extranjero en cualquiera de sus playas. Es un curso militar, no es como en Argentina y tenés un entrenamiento que es muy duro”.
Remarcó que “el curso que hice en la Escuela Municipal de Guardavidas de Posadas es muy bueno porque venís con una base increíble, acá esos 45 días más que nada son de ‘físico’, con entradas y salidas al mar, conociendo las dificultades porque es muy diferente a ser guardavidas de piletas o de agua dulce a trabajar en un ambiente que es totalmente distinto como el mar”.
Por otro lado, Flores contó que “desde el 28 de diciembre más o menos que arrancó la temporada fuerte en Camboriú, hay misioneros todo el tiempo. Cuando escucho nuestra tonada les pregunto de dónde son y me dicen de Posadas, Oberá, San Vicente… la verdad hay mucha gente de Misiones, casi el 90% con los que hablo para hacerle alguna prevención o indicación por donde tienen que andar en la playa”.
Sobre qué es lo que más extraña de Posadas, de su Villa Cabello, no dudó en afirmar que “a mi familia pero igual estoy comunicado con ellos por las redes sociales. También salir con mis amigos, el barrio, la esquina de Tacuarí y Eva Perón”.
Y lo que más disfruta de Brasil, aseguró, es “mi trabajo, me levanto con unas ganas, con una alegría inmensa. A las seis y media de la mañana ya estoy arriba, feliz de poder hacer el trabajo que más me gusta en el lugar que más me gusta, que es en la playa, en la arena, en el mar”.
Trabajar en Europa y Sudamérica
En cuanto a su proyecto de vida, Flores, quien está casado con una posadeña que es tatuadora, dijo que desea ir a trabajar a Portugal, “a un intercambio de guardavidas entre Brasil y ese país. La idea es trabajar en el verano europeo y volver al verano de aquí en Sudamérica, vivir siempre con el calor”.
Apuntó que “no tenemos hijos y mi señora puede trabajar en cualquier lugar del mundo. Como tengo el título de guardavida de Argentina somos bienvenidos en España y Estados Unidos… pero primero voy a aprovechar el intercambio existente de guardavidas brasileños con portugueses”.
“Estamos contentos con la decisión de vida que tomamos, porque teníamos un buen trabajo y ganábamos muy bien allí en Posadas pero nosotros buscamos la felicidad, lo que nos gustaba y siempre vacacionábamos en Río de Janeiro y decidimos en primer término vivir siete años allí, en Buzios, y luego acá en Balneario Camboriú“.
El posadeño radicado en Brasil recordó que “el año pasado fue mi primera temporada de invierno acá en Camboriú como guardavidas, pero las anteriores fueron sólo en verano y que se extiende hasta abril, después de Semana Santa. De ahí para adelante ya te queda libre y trabajás en otras cosas, yo lo hice en un restaurante. Este año espero que se repita y pueda seguir en invierno. Desde el 2017 estoy acá en Camboriú pero este año es récord total de visitantes, eso se nota en las playas, en la noche, está todo lleno. Con certeza es el año que más argentinos y brasileños vinieron”.