El centro energético del corazón es un vehículo interdimensional y por medio del portal del corazón, recibes e intercambias información de alta frecuencia constantemente.
Cuando tus emociones no son armónicas y el miedo toma a los chakras inferiores, el circuito no se completa y la información de alta frecuencia no puede ser decodificada.
A medida que aprendes a abrir tu corazón para recibir estas transmisiones, aumenta tu capacidad para trabajar con una consciencia grupal de manera amorosa.
Puedes afectar a la humanidad desde tu propia belleza. Influir en el colectivo, en lugar de permitir que las bajas frecuencias del colectivo interfieran contigo.
Confianza, entrega, aceptación, integración son el combustible que enciende tu vehículo.
Puede que sientas que debes sacrificarte por los demás, pero estás tan necesitado de amor como cualquier otro ser en este planeta.
Dar y recibir, un compartir. No se trata de elegir entre lo que te nutre y lo que nutre a los demás, en el centro sagrado de tu corazón, la consciencia crística, lo que la nutre es en realidad nutrir a todos, incluyéndote.
Cuando te sientes disminuido o agotado se debe a que te han sacado de las frecuencias superiores de paz y amabilidad contigo mismo.
Has quedado atrapado en juegos de poder o has sido seducido por las verdades menores de otros, en lugar de seguir la verdad de tu propio corazón.
Tal vez tomaste la idea de que el amar trataba de hacerte menos para ayudar a otro a sentirse más. No tienes que sufrir para crecer, eso es mentira y manipulación.
Naciste en traje humano para darte y al compartir, multiplicar.
Eres un canal de lo divino, lo no dividido, en la Tierra. Eres un árbol enlazando mundos.
Amar sin condiciones, sin banderas, sin fronteras, sin sectarismos, aceptación completa, sin juicios, inclusión, conexión, tejido, red, unicidad.
Si crees que puedes hacerlo, entonces es posible. Si puedes elegir comenzar contigo, es posible, a pesar de lo que está pasando ahí afuera.
Puedes ser un catalizador para la transformación, desde tu Cristo interno, tu sol interno, desde darle permiso al amor, para que recorra y abrace cada átomo de tu ser.
¡Ámate! No eres pecador ni culpable, sacrificio significa hacer oficio de lo sagrado que no te confundan.
Eres Templo y la llave de la puerta hacia todos los paraísos.
Que el sol siempre ilumine tus pasos.