Como cada 8 de enero, miles de fieles a lo largo del país ofrecieron sus agradecimientos al santo pagano popularmente conocido como “Gauchito Gil”. Con las tradicionales velas rojas y a los pies de la estatua ubicada en la chacra 187 de Posadas (avenida Urquiza y 115) los fieles compartieron un momento junto a su guía espiritual y también se predispusieron a disfrutar de una tarde-noche de domingo a puro baile y celebración.
Y es que en el mismo lugar los organizadores montaron un escenario en el que se presentaron varias bandas, principalmente chamameceras, en honor a los gustos del santo. Personas de todas las edades asistieron al evento y PRIMERA EDICIÓN pudo conversar con algunas de ellas para conocer sus experiencias.
Todos coincidieron principalmente en pedir bienestar, salud y trabajo. En el caso de Julia Rojas, quien asistió desde Garupá con su familia, lo que motiva la fuerza de su fe es que en varias ocasiones “el Gauchito” le cumplió sus pedidos: “Cuando tuve a mi última hija él me ayudó a salir adelante, y ahora más que nada vinimos a pedir por la salud de mi hermano que tuvo una operación seria y está internado”, contó, luego de prender unas velas y rezar junto a sus hijas.
Varios de los presentes aseguraron tener al menos una estatuilla en su casa para conversar con el santo en cualquier momento, y aunque no todos atravesaron una experiencia determinante en sus vidas, manifestaron que siempre oran por protección. “Lo conocí por amigos que hace años lo siguen y es de familia, incluso algunos viajan a Corrientes. Yo recién este año le voy a pedir, más que nada que sea un próspero 2023”, describió Raúl Torres, quien se acercó desde Itaembé Guazú.
“Gracias al Gauchito volví a caminar”
El testimonio de Mercedes Márquez demuestra cuánto puede llegar a afianzar la fe y la predisposición de una persona a la que el santo pagano le cumple sus peticiones.
“Hace 20 años tuve un accidente muy grande y estuve bastante tiempo en cama, pero pedí y él hizo que vuelva a caminar”. A su vez, agregó una anécdota: “Cuando estaba con el yeso en toda una pierna quise ir a bailar en Garupá un 8 de enero, para celebrar su día. Mis hijos no querían pero fui igual, con yeso y muletas, bailé toda la noche sin dolor y cuando llegué a casa me saqué el yeso y no tuve más problema. Por eso lo sigo desde siempre y creo profundamente”, relató Mercedes.
Comunidad devota
Por su parte, uno de los organizadores del evento, “Pity” Gauto, mencionó que el festival se realiza desde los años ‘90 y que gracias al trabajo conjunto también se fundó la Biblioteca Gauchito Gil, que funciona en la chacra 187 y cuenta con un gran número de libros a disposición.
“A mí me impulsa moverme por esto porque también soy devoto desde hace años. Incluso pedí y tuvimos un colectivo en el que entre varios fieles y dos grupos musicales viajamos en otras ocasiones hasta Mercedes, en Corrientes, para participar del festejo”.
Justiciero y cumplidor
Antonio Mamerto Gil Núñez nació un 12 de agosto, estimativamente en 1847, en Mercedes, provincia de Corrientes. Según la historia, fue un peón rural que peleó en la Guerra de la Triple Alianza y que luego fue reclutado para formar parte de las milicias que luchaban contra los federales.
Cuentan que el dios guaraní, Ñandeyara, se le apareció en sueños y le dijo “no quieras derramar sangre de tus semejantes”. Entonces el Gauchito no lo dudó y desertó del Ejército.
Esa rebeldía, entre otras desobediencias, hicieron que se ganara la admiración de la peonada correntina que lo comenzó a reconocer como justiciero, protector de los humildes y sanador de los enfermos.
Finalmente, el 8 de enero de 1874 o 1878 la Policía lo capturó y fue ejecutado.
Amplia convocatoria en Corrientes
Ayer cerca de 400.000 fieles se reunieron en el santuario ubicado en Mercedes para venerar al santo pagano.
La concurrencia fue tal ya que familias enteras de distintos puntos de Argentina e incluso de países limítrofes coparon la ciudad prácticamente todo el fin de semana.
Una peregrinación multitudinaria se extendió sobre la ruta nacional 123, a 250 kilómetros al sur de la capital correntina, y fue acompañada de un importante operativo de Gendarmería.
Las características banderas rojas flamearon durante la jornada mientras los devotos hacían ofrendas, pedían o simplemente agradecían a su fiel guía.
A la vez, este acontecimiento fue el motor ideal para el turismo y la economía de Mercedes, ya que todos los alojamientos fueron reservados, e incluso los de las localidades cercanas, como Curuzú Cuatiá.
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