Al momento de los discursos públicos durante el mediodía caluroso de Posadas, el gobernador Herrera Ahuad aprovechó para hacerle reclamos a Alberto Fernández. El más destacado fue para recordar los pedidos de la foresto industria: “La industria forestal de la provincia ha sido una de las actividades esenciales que no se ha detenido durante la pandemia. En nuestra provincia se pusieron a trabajar, y fueron ellos, que aún sin saber si iban a cobrar o no, hicieron miles de camas para Argentina, inclusive con actitud solidaria también se han entregado camas para el Paraguay”, dijo.
“Esa industria forestal ha crecido durante los dos primeros años. En estos tiempos se ha estancado por cuestiones que son propias de la macro política y lo que ocurre no solamente en Argentina, sino también en el mundo. Sabemos que las economías regionales, como en nuestro caso la madera, el té, tabaco, yerba mate, necesitan un incentivo especial. Y acá en particular porque es una industria que mueve el empleo, porque de nuestra provincia lo que sale son productos prácticamente terminados, como puertas, ventanas, casas de madera”, argumentó.
Y, en ese sentido, dijo que “estoy convencido que en lo que hace a la macro política, atendiendo a las economías regionales, en este primer semestre vamos a poder avanzar también en sus necesidades”.
Hubo un párrafo dedicado -sin mención- a la falta de gasoducto y el costo que la electricidad significa para los misioneros. “El reconvertir de energía solar fotovoltaica para calorificar los termotanques, que las viviendas tengan un aislamiento especial, que sean especiales en su aspecto y construcción, hace que se consuma menos energía. La energía acá cuesta mucho, Presidente”, le endilgó Herrera Ahuad.
Alberto Fernández aprovechó para hacer pública la admisión sobre la desigualdad de las regiones argentinas: “Nosotros no vivimos en una Argentina igual. Vivimos en una Argentina que tiene un centro muy rico, aquella Argentina agroexportadora, y después hay un norte y un sur muy olvidados. Un norte y una patagonia periférica”, sostuvo.
“Me puse en la cabeza que tengo que terminar con esa Argentina. La Argentina es una. No puede haber una Argentina en el centro, otra al sur y otra al norte que tengan menos posibilidades de desarrollo por razones de distancia, porque están lejos, porque la energía es más cara, porque todo se hace más difícil lejos del puerto de Buenos Aires. Tenemos que buscar los mecanismos para igualar en la Argentina”, propuso.
El Presidente hasta se dedicó un tramo de discurso para autoelogiarse y cuestionar a la CABA, con quien mantiene un litigio político y judicial por la coparticipación: “Hablaba con los gobernadores que me visitaron y me di cuenta que soy el primer presidente de los 40 años de la democracia que nació en la Ciudad de Buenos Aires. Soy el primer presidente porteño, y tengo el orgullo de decir que soy el más federal de los porteños y el más preocupado por el interior de la patria. Y me peleo mucho con mi ciudad para que entienda que debe dejar de lado su opulencia y ser parte de una mejor distribución de la riqueza en Argentina”, sostuvo.