La exclusividad de la crisis económica y política que acaparó todo el año que concluye sumó al final un complejo capítulo judicial con amplias consecuencias en los dos rubros referidos.
Con la coparticipación como excusa, los tres poderes del Estado volvieron a tensar el ritmo del país. Así las cosas, salvo la Copa del Mundo y más allá de los logros personales que cada uno pueda celebrar, en general el año fue duro con los argentinos que, sin embargo, supieron reponerse y celebrar fuerte de la mano de la Selección.
Y aunque los otros dramas siguen ahí, esperando que pase la euforia mundialista para volver a acaparar toda la agenda, surge una curiosa paradoja. Por ser un año electoral, el Congreso bajará el ritmo (si es que eso es posible). El Ejecutivo y el Judicial archivaron hasta febrero la puja por la coparticipación. Así las cosas, podemos quedarnos tranquilos por un tiempo… nos dieron vacaciones.